Dictaduras mediáticas de América Latina

Andrés Oppenheimer Hay que darles crédito a Hugo Chávez y a sus colegas de varios países latinoamericanos por haber logrado un lavado de cerebro masivo difícil de creer: han conseguido convencer a muchos de que existe una enorme conspiración de los medios de comunicación capitalistas contra sus países, y que hacen falta más medios gubernamentales y controles a la prensa para neutralizarla.El cuento chino de la conspiración de los medios capitalistas les está funcionando de maravillas a Chávez y a sus colegas populistas en la Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y otros países latinoamericanos. Les está permitiendo construir los mayores imperios mediáticos estatales y progubernamentales que sus países han tenido en la historia reciente, y silenciar a los medios críticos.En su conferencia de prensa del 9 de octubre, la primera tras ganar su tercera reelección, Chávez –que controla todos los poderes del gobierno y gran parte de los medios venezolanos– reiteró sus denuncias sobre una «dictadura mediática que afecta a mucha gente en este mundo».Horas más tarde, cuando en una entrevista televisiva le pregunté al vice canciller venezolano Jorge Valero si la victoria de Chávez no se debió en parte a una campaña en la que gozaba de todas las ventajas, me respondió que, por el contrario, el resultado fue una reacción de los venezolanos contra «los grandes mecanismos de dominación mundial que se expresan en particular a través de los grandes medios de comunicación».En Ecuador, la narrativa de la conspiración mediática internacional es uno de los temas favoritos del presidente Rafael Correa. Recientemente demandó por millones de dólares a los columnistas que lo critican y clausuró 19 emisoras radiales, un canal de televisión y varios medios impresos, al tiempo que está construyendo su propio imperio mediático. El año pasado convocó a un referendo para regular los medios privados, y lo ganó.En la Argentina, la presidenta Cristina Kirchner reiteró que su nueva ley de medios obligará al «monopolio» de prensa independiente Clarín a vender su cadena de televisión por cable el 7 de diciembre. Mientras tanto, el 11 de octubre, el empresario kirchnerista Cristóbal López terminaba de comprar Radio 10, la radio más importante de la Argentina, junto con varias otras radios y el canal de noticias C5N.Según mi colega Carlos Lauría, del Comité para la Protección de Periodistas, de Nueva York, el número de medios controlados por el gobierno en Venezuela ha aumentado de tres, cuando Chávez asumió la presidencia en 1999, a 15, en la actualidad.Además, Chávez ha construido una enorme red de radios comunitarias y la cadena de noticias regional Telesur. (Curiosamente, en su conferencia de prensa del 9 de octubre, Chávez afirmó: «Telesur se está viendo más que Al Jazeera, y más que CNN», lo que contradiría su propia teoría de que sus medios están en desventaja ante una dictadura de medios de prensa capitalistas.)Según un documento oficial del gobierno venezolano que se filtró a la prensa, el 52 por ciento de los medios impresos y electrónicos de Venezuela está bajo el control del gobierno o en manos de sus amigos. Y los pocos canales de TV privados que quedan están obligados a emitir las cadenas del presidente. Durante la reciente campaña presidencial, Chávez pronunciaba casi a diario discursos de varias horas, mientras que a su rival Henrique Capriles sólo le correspondían tres minutos diarios.En Ecuador, cuando Correa asumió el poder en 2007 había un solo medio estatal, Radio Nacional. Hoy, existen 17 medios gubernamentales, dice Lauría. En la Argentina, Cristina Kirchner ha cooptado casi todas las emisoras de radio y TV por medio de empresarios amigos, como López, y publicidad oficial.»En toda la región, vemos una concentración de medios en manos del gobierno que no tiene precedentes», dice Lauría.Mi opinión: el cuento de la dictadura de los medios capitalistas suena como un chiste. Nunca antes los medios han estado tan fragmentados como hoy, en que hay más de 500 canales de televisión, millones de sitios de Internet, Twitter y Facebook. Y nunca antes en la historia reciente las empresas privadas de medios han estado más débiles: no conozco ninguna empresa de medios importante, europea o estadounidense, que no haya hecho drásticos recortes de personal en los últimos años.Sí, es cierto, existe un grave peligro de una dictadura mediática en América Latina. Pero quienes están al frente de ella son los presidentes populistas autoritarios que están construyendo formidables imperios de medios gubernamentales, mientras silencian a sus críticos.La Nación – Buenos Aires