Lo feo del poder

Eduardo Bowles

Los pocos privilegiados que lo han experimentado dicen que el poder vuelve muy atractivos a los hombres (ninguna mujer lo ha testificado todavía).



Incrementa el sex appeal y hasta los más tímidos se vuelven unos donjuanes incorregibles. Por eso es que no se explica la aparición de tantos hechos de violación vinculados a autoridades del MAS.

El caso más notorio pertenece al diputado Justino Leaño, detenido en la Policía por el abuso de su hija menor de edad, delito que habría cometido durante los últimos cuatro años. El caso se ha tornado escandaloso no solo por su gravedad, sino por la condescendencia de sus colegas asambleístas que dejaron pasar meses antes de tratar este hecho.

Acaba de aparecer otra denuncia contra el asambleísta departamental chuquisaqueño Domingo Alcibia, quien ha sido grabado por las cámaras de seguridad del recinto legislativo, violando a una dama de pollera que supuestamente se encontraba pasada de copas.

El otro caso que se ha comentado últimamente es el de un alcalde masista de un municipio cruceño cuyo proceso está en curso en la justicia.

¿Qué podría estar pasando con estos dirigentes? O no han descubierto todavía las grandes ventajas que trae el poder o es que con todo el poder que tienen no les alcanza para lanzarse a la conquista.