Crece presencia de inhaladores; faltan programas de atención

Cochabamba. Las instituciones eluden su responsabilidad en la rehabilitación y rescate de niños, adolescentes y jóvenes adictos a la clefa. Existe poca coordinación entre ellas, los vecinos advierten un aumento de la inseguridad.

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Un grupo de adolescentes inhaladores de clefa, en la Aroma y Ayacucho, donde se concentra gran parte de esta población. Los Tiempos



Han pasado más de 20 años desde que se empezaron a ver a los primeros niños viviendo en las calles de la ciudad. Después de más de dos décadas, han dejado de ser un grupo reducido para convertirse en una población de más de 600.

Hoy, la presencia de los inhaladores y el fracaso de las instituciones llamadas a darles otro modo vida es más visible.

Los puntos de encuentro y refugios de los adictos a la clefa y otras drogas se han incrementado.

Los más jóvenes se han desplazado de La Coronilla, Aroma, San Sebastián y los puentes hacia el norte de la ciudad. Están en la avenidas América, Santa Cruz y la plazuela 4 de Noviembre.

La delegada del Distrito 12, Lorena Zeballos, se quejó por la masiva presencia de estos adictos en la plazuela 4 de Noviembre. Denunció que estos adolescentes duermen, lavan su ropa, comenten delitos, atemorizan a la gente, manosean a las jovencitas y mantienen relaciones íntimas en el lugar a plena luz del día.

La Policía dice que no puede hacer nada, porque son menores de edad. Otras instituciones, como el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) y la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, expresaron que no pueden intervenir, porque no hay albergues para acogerlos. “Las autoridades no hacen nada, al parecer no hay leyes”, protestó la dirigente.

Añadió: “Los inhaladores son prácticamente dueños de la plazuela, nosotros no podemos sacar a jugar a nuestros hijos”.

El director del Sedeges, Hernán Rico, exigió a las autoridades de la Alcaldía un mayor control en la venta y destino de la clefa.

“Como no existe control del municipio en la venta de este inhalante, recibimos permanentemente denuncias de vecinos, donde menores consumidores están generando inseguridad ciudadana”, finalizó Rico.

Sobre esta problemática, la directora de Género Generacional de la Alcaldía, Raquel Melgar, dijo que es una responsabilidad del Sedeges. “No es parte de nuestra tuición, nosotros sólo intervenimos cuando hay menores en riesgo”, dijo.

La responsable de la Unidad de Justicia Juvenil, Rehabilitación y Apoyo Educativo del Sedeges, Elena Valencia, informó que se está trabajando con la rehabilitación, pero que la Defensoría de la Niñez no ayuda con la intervención en las calles, para que la institución pueda remitir a estas personas a los centros de rehabilitación.

“Como no estamos recibiendo apoyo, el Sedeges saldrá a las calles desde marzo para rescatar a estos niños y adolescentes, para remitirlos a los centros. Un menor está en riesgo por el sólo hecho de vivir en la calle, por eso las autoridades debemos intervenir”, dijo Valencia.

En 2011, el Sedeges realizó un censo y encontró a 600 personas adictas a la clefa en las calles, de ese número más del 70 por ciento eran menores de edad. Desde entonces, no se ha vuelto a realizar un registro. Se estima que el número se ha incrementado en más de 20 por ciento.

Actualmente, la institución se encuentra realizando estudios para poder construir un centro completo de rehabilitación  para menores, familias y adultos adictos a la clefa. “Esperamos que este proyecto pueda concretarse en 2015 con recursos del Gobierno, para contar con una infraestructura adecuada”, dijo Valencia.

La  directora de Defensa del Niño Internacional (DNI), Nancy Tames, aseguró que estos niños y adolescentes llegan a la calle escapando del maltrato de sus padres. En su mayoría provienen de hogares destruidos.

“Mientras las autoridades nacionales no apuesten por ellos y creen programas serios y sostenibles, la problemática continuará en las calles”, afirmó Tames.

50% de ellos se rehabilita

El 50 por ciento de estas personas logra rehabilitarse. De los 15 menores rescatados el 2012, sólo permanecieron ocho. La mayoría de ellos escapa porque no les gusta recibir órdenes, explicó la responsable de la Unidad de Justicia Juvenil, Rehabilitación y Apoyo Educativo del Sedeges.

Actualmente esta institución trabaja para recuperar a estos niños y adolescentes y reinsertarlos a la sociedad. Estas personas son desintoxicadas y rehabilitadas en tres centros de rehabilitación: San Benito, Reencuentro y Arfac.

En San Benito, actualmente, se encuentran ocho menores de seis a 14 años. Reencuentro alberga a ocho familias. Arfac tiene cinco menores de 14 a 18 años. Todas estas personas primero pasan por un proceso de desintoxicación que dura unos seis meses, los menores estudian y los mayores reciben talleres, donde se les enseña un oficio para reinsertarlos a la sociedad. “No podemos echarlos a las calles hasta que ellos puedan valerse por sí solos. Aunque los resultados no sean muy alentadores, continuaremos trabajando, la rehabilitación de una sola persona hace que nuestros esfuerzos hayan valido la pena”, dijo Valencia.

LAS INSTITUCIONES

Hérnan Rico, Director del Sedeges

La Ordenanza 3842/2008, en su artículo nueve, establece claramente que la Intendencia Municipal, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, en coordinación con la Dirección de Sustancias Controladas, deberán realizar controles permanentes a los locales que suministran y comercializan clefa y otros inhalantes. En el artículo ocho dice que está terminantemente prohibida la venta de clefa y otras sustancias controladas susceptibles de inhalación a menores de 18 años. el Concejo Municipal tampoco está fiscalizando el cumplimiento de esta normativa.

Elena Valencia, Sedeges

El Sedeges está trabajando con tres centros de rehabilitación: San Benito, que cuenta con ocho menores de seis a 14 años que se rehabilitan; Reencuentro, que alberga a siete familias; y Arfac, que tiene cinco menores de 14 a 18 años. Todas estas personas primero pasan por un proceso de desintoxicación que dura seis meses. Lo niños estudian y los mayores reciben talleres donde se les enseña un oficio para reinsertarlos. En 2012 sólo el 50 por ciento de los rescatados logró rehabilitarse, de 15 menores sólo quedaron ocho, ellos escaparon porque no les gusta recibir órdenes.

Nancy Tames, Directora Dni

La rehabilitación y reinserción social de estas personas depende de la decisión política del Estado, que debe destinar un presupuesto, porque no es suficiente sólo la buena voluntad. Hay que trabajar en serio y apostar por estas personas que todavía se pueden recuperar. El tema de los menores inhaladores de clefa no ha sido tratado con seriedad por las autoridades, este sector de la población siempre ha estado excluido de la sociedad, ahora debemos trabajar para desarrollar acciones preventivas.

El tema de la familia juega un rol muy importante, los padres deben hacerse responsables de los hijos.