“Bolivia cumple, Evo cambia”

Álvaro Riveros TejadaAlvaro-Riveros-Tejada3Después de varios y desacertados tiros al blanco que con pertinacia y constancia Samuel Doria Medina disparó contra el gobierno a modo de denuncia y, donde muchos de ellos tuvieron el efecto boomerang como el de la paternidad semi pedofílica atribuida a S.E. Esta vez su acusación contra el plan “Bolivia cambia, Evo cumple” pareciera ser el más certero de sus disparos y/o por lo menos, el que más alarma y desconcierto ha ocasionado en la cúpula gobernante.No en vano el Vicepresidente y los más conspicuos miembros del gabinete han demostrado que están muy lejos de explicar o aclarar el fondo de la denuncia y, en su lugar, han echado mano a la forma más procaz y destemplada para rechazar tal documento; llenando de epítetos e imprecaciones a su autor.Al parecer, en esta oportunidad el jefe de UN ha tenido la habilidad de colocar en tijera al gobierno, ya que al querer transparentar la proveniencia de los recursos de tan dispendioso programa, los declarantes han ingresado en una espiral de contradicciones, muy difícil de desenmarañar. ¿Se trató de un donativo? o ¿fue quizás un Préstamo? La verdad sólo la conoce S.E. y el difunto micomandante. De ahí que Nicolás Maduro, al querer establecer la verdad de los hechos, vino por lana y se marchó trasquilado, por la simple razón de que si de un donativo se trataba, la cifra exacta sigue siendo un misterio que ni el presidente del Banco Central de Bolivia conoce. Es más, con la misma elegancia de Lionel Messi, le pasó la pelota al ministro de economía, quien se limitó a señalar que dichos dineros son fiscalizados en sus respectivas instancias (léase las alcaldías) y que no pasan por el Gobierno Nacional. Pero, como estos dineros no eran de propiedad del malogrado comandante y, por el contrario, pertenecían a todo el pueblo de Venezuela, donde todos estos papeles incluyendo el higiénico, están desapareciendo misteriosamente, hasta por delicadeza habría sido necesario ahondar un poco más en su búsqueda, o al menos averiguar la suerte que corrieron. De haberse tratado de un crédito, varias instancias estaban obligadas a conocer el desarrollo y destino final de estos dineros. Entre ellas estaría por ejemplo: el Vice-ministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE), organismo que ejecuta y controla políticas de inversión pública y financiamiento externo y suscribe los respectivos convenios. El Banco Central es también otro ente operativo y finalmente, la Asamblea Plurinacional Legislativa que al final tiene la facultad y obligación de aprobar y ratificar estos acuerdos.De la Contraloría General del Estado no vale la pena ni hablar, pues según lo que informó al periódico El Deber de Santa Cruz el subcontralor de Auditoría Externa en Autonomías Constitucionales, dicho organismo audita en la actualidad sólo ocho obras de las 3.913 obras que ejecuta el programa, lo cual hace que a este paso, pronto lo llamemos: “Bolivia Cumple, Evo Cambia”.