Cristina, exitosa imitadora

Carlos Pagni

PAGNI La estatua de Cristóbal Colón, en Buenos Aires, es un homenaje a un gran italiano, fundador de la modernidad, que rompió las fronteras conceptuales y geográficas de su tiempo.

Cristina Kirchner pretende convertirlo en símbolo de la opresión de los pueblos originarios. Ella, que se resiste a recibir a los indios qom, en cuyo auxilio debió salir el Papa. La fobia de la Presidenta hacia Colón es reciente y fue adquirida por contagio. En una visita a la Casa Rosada, Hugo Chávez vio el monumento al descubridor y reprendió al matrimonio Kirchner: "¿Cómo tienen allí a ese genocida?" "Por lo menos está de espaldas", se excusó la esposa.



A partir de ese momento, la ocurrencia de remover a Colón, ahora suspendida por orden judicial, anidó en la cabeza de Oscar Parrilli. El 12 de octubre de 2004, simpatizantes de Chávez derrumbaron la estatua de Colón en la plaza Venezuela.

Hay algo muy llamativo en la pasión nacionalista de la Presidenta: es importada.

La Nación – Buenos Aires