Fracaso estatista

Manfredo Kempff SuárezmanfNo ha sido la oposición política la que ha lanzado la alarma sobre el peligroso camino que van tomando las empresas que están en manos del Estado, sino que es el propio Gobierno, mentor de las nacionalizaciones y estatizaciones, quien ha visto cómo una cosa es escribir algo bonito en la Constitución o alardear con baladronadas patrióticas sobre las bondades de “recuperar” para el país las inversiones extranjeras o privadas nacionales.El largo paro realizado por los trabajadores mineros de Huanuni, la principal empresa estatal productora de estaño, ha demostrado patéticamente cómo maneja el Estado a las empresas, y los propios ministros, además de S.E. y del Vice, han tenido que reconocer que al paso que van las cosas, el colapso económico de Huanuni está a las puertas. Como si se pudiera esperar algo distinto de la forma demagógica e ineficiente con que se está administrando el país.Ha reconocido el Gobierno que se ha triplicado el número de trabajadores en Huanuni sin que haya aumentado su producción. Con eso sería suficiente para mandar al diablo cualquier negocio. No hay que haber estudiado economía para darse cuenta de semejante desatino. Pero, además de los altos costos de producción, resulta que ha bajado sensiblemente la cotización del mineral en el mercado internacional. Y por si fuera poco, los mineros se dan el lujo de parar durante dos semanas o el tiempo que sea, cuando ellos mismos dicen que la mina pierde medio millón de dólares por día no trabajado.No sabemos qué va a suceder si luego de la minería, bajan los precios de los hidrocarburos o de los granos que están inusualmente altos. ¿Se va a “huanunizar” Bolivia? Convengamos en que, “proceso de cambio” de por medio, en el país no ha cambiado nada para mejorar. Toda la bonanza económica que se vive hoy no se debe a los fogosos discursos de S.E. ni al verbo engañoso del Vice, y mucho menos al discutible talento del ministro de Economía, sino a los altos precios de las materias primas. No hemos dicho nada nuevo, pero sí algo muy peligroso.Ni YPFB ha hecho algo digno de mención, con el riesgo de padecer de escasez de gas a mediano plazo, ni ha marchado el proyecto de Mutún tan cacareado desde hace medio siglo, como Karachipampa está paralizada convertida en un costoso “elefante blanco” y la empresa Papelbol que anunció su presencia hace un lustro sigue sin arrancar. ¿Y el resto? ¿Qué del resto? ¡Nada!