Libertad económica y libertad de información

Daniel A. Pasquier Riverodanielpasquier_thumb21Se necesitan ambas para seguir viviendo y añorando democracia. Abiertamente un ministro reconoce como objetivo inmediato cerrar una empresa para ejemplarizar quien es el que manda en este país. Después él mismo se quejará de intervencionismo, militarismo, imperialismo, capitalismo, y otros ismos de los considerados “enemigos”. Nada convincente, no descubre la pólvora.El Estado Plurinacional (EP) se desgañita repitiendo que la pobreza retrocede. Hemos hecho notar en otras ocasiones, calla o silencia maliciosamente el referirse a la pobreza “extrema”, la más fácil de combatir; se trata de cubrir necesidades mínimas, sin las cuales se pone en tela de juicio la misma capacidad de sobrevivencia. Es pobreza que se cubre con pocos recursos. La comprobación de facto, en muchos lugares y lejanos se da el mismo fenómeno económico y social. Brasil, el más cercano, documenta más de 40 millones fuera del área maldita; China con cerca de 500 millones, solo en los últimos 25 años. En India y varios países en África ocurre lo mismo. En definitiva, distribuir parte de los recursos estatales de forma masiva mediante subsidios oportunos no es un invento del EP, ni del ministro “Chapulín”, ha sido el modelo rápido y eficaz iniciado en el país con el BonoSol, el Sumi, y otras medidas en esa línea. Queda un largo camino por recorrer para poner a los pobres en puerto más seguro. Es fundamental. H. de Soto “Por qué el capitalismo triunfa en Occidente y fracasa en el resto del mundo” (El misterio del Capital, 2001). La clave es legalizar la propiedad, conclusión “revolucionaria” nacida de larga experiencia en países diversos donde se aplicó sin prejuicios ideológicos. Bajar a contratos los acuerdos de cualquier tipo, aún verbales, proveer del entramado de leyes ágiles facilitando los trámites de legalización, regulando acuerdos, beneficios y obligaciones, previendo situaciones no existentes pero posibles, etc., consecuencia, mayor seguridad a los contratantes y previsibilidad en los negocios. Ésta, la “seguridad jurídica” reclamada a gritos al EP desde hace siete años. Ejemplo reciente. YPFB reúne 600 inversores para escuchar del gobierno la invitación e incentivos para invertir, después de la experiencia en nacionalización, fresca en la memoria de todos. Los rimbombantes discursos de García Lineras, ni de Villegas, conmovieron al auditorio. Todo sonó a vacío, nada nuevo: se dictarán decretos, ¿si no se respetan leyes ni Constitución, para qué servirá un Decreto?, se entregarán a la exploración y explotación Parques Nacionales y Reservas Naturales, ¿sin estudio medio ambiental, sin consulta previa a los pueblos indígenas?, sólo traerá problemas. Clausura, abrazos y hasta la próxima. Desconocen la regla básica: recuperar credibilidad. Cerrar los ojos trae funestas consecuencias, como el dejar a un país, a los ahorristas, a los ciudadanos, en el lado pobre en lugar de estar al lado de la riqueza. Por mucho que despotriquen ignorantes de izquierda o de derecha, el legalizar la libertad, y eso es la libertad económica y la libertad de información, esconde la clave del progreso sostenible, el acceso a la riqueza. Lo mismo que hace la diferencia entre socios individuales, hace la diferencia entre naciones (How law can end the poverty of nations, RD Cooter, 2013). Los excesos verbales del grupo gobernante van a contra flecha. Grupo, porque está claro después de siete años de “implementación del proceso de cambio” que no existe tal proceso ni camino de implementar nada. Si lo dice uno de la oposición es descalificado de inmediato. Pero ya lo dicen unos pocos con capacidad crítica dentro del mismo partido oficialista; se los llama despectivamente “libre pensantes”. Sin darse cuenta el ala radical gobernante se ha colocado en al área de los “no pensantes”, o pensantes condicionados, para definir qué los hace inclinarse, si el peso del caudillo o el de la prebenda. Los otros le retribuyen la cortesía, “llunku`s”, tratando de significar lo más característico, el estar dispuesto a cualquier cosa con tal de granjearse “la gracia del jefe”, al grado que le corresponda. A la “opasición” le reclama el fanático oficialista, carecer de propuesta, a pesar de que ha expresado con cierta ingenuidad, por activa y por pasiva, los defectos o errores políticos del gobierno. Por supuesto, no se le ha dado bola. La crítica, constructiva, ha sido incisiva en el ámbito de la administración de los recursos del Estado, la calidad de la inversión, la necesidad de control y fiscalización en la distribución y seguimiento de la inversión pública. Reconociendo una época de vacas gordas, lo primordial es orientar los recursos obtenidos, por las exportaciones de gas, hacia rubros que diversifiquen el riesgo y la economía, tratando de dejar a los proyectos mayores con la posibilidad de seguir adelante aún en épocas flacas, que llegarán, tarde o temprano. Aporte valioso y esforzado que el MAS no ha sabido valorar y el país ha perdido. De haberse atendido, no estaría hoy perplejo ante la denuncia de cómo el “Evo cumple” ha manejado 438 millones de dólares sin fiscalización ni control alguno, al extremo de desconocerse hasta el destino del 48%. Peor todavía, si cabe, es el silencio sobre los 95.000 millones de dólares recibidos, según cifras oficiales, en el período 2006-2012. Atropellan con el sanbenito de “neoliberales” a los críticos; error de ignorancia grave, nada rara tratándose de políticos y/o funcionarios familiarizados con problemáticas de Achacachi o Chulumani antes que en derechos humanos o economía globalizada. Lejos está nuestra economía de ser capitalista, con el 73% informal, los peores índices de libertad económica, una justicia “primitiva” que no es garantía, donde cada uno hace lo que se le antoja y donde el poder casi no tiene límites. Hasta ahora, los insultos y amenazas de Jack el Destripador no son suficiente información ni explicación.