Luis Arce Gómez, de represor de la dictadura a cocinero en Chonchocoro

El “exministro de la cocaína” purga condena de 30 años en Bolivia, de los que todavía debe 26. Aún recomienda “andar con el testamento bajo el brazo” y es el nuevo bibliotecario de la cárcel.

image Por: Daniel Espinoza /ABI y OPINIÓN

Luis Arce Gómez, exministro de Gobierno durante la dictadura de Luis García Meza, está recluido en Chonchocoro. archivo/ABI



El exministro del Interior, Luis Arce Gómez (LAG), hace 4 años preso en la penitenciaría de máxima seguridad de Chonchocoro, donde purga una condena de 30 años de encierro sin derecho a indulto por delitos de lesa humanidad, mata el tiempo con las telenovelas, se ha dedicado a la cocina “sin condimentos”, se da de bibliotecario y martilla aún con la tristemente célebre frase que a manera de reconvención política acuñó hace 34 años, “andar con el testamento bajo el brazo”.

“Bueno en todo el mundo se conoció esa frase y en nuestro país la distorsionaron, porque nunca dije (que) los bolivianos (debían andar ab intestato), pero ahora todos tenemos que andar con el testamento bajo el brazo porque hay tantos crímenes y muertes, incluso mataron periodistas”, apunta entrevistado durante la intervención de la Dirección de Régimen Penitenciario y la Policía a esa prisión, a 30 kilómetros de La Paz.

Canoso y sin la luenga barba, también cana, que lució a mediados de 2009, cuando fue recluido en Chonchocoro, bien erguido, con un sombrero de ala ancha, donde se lee la inscripción que lo hizo abominable, el hombre más temido de la cruenta dictadura militar que presidió entre julio de 1980 y agosto de 1981 el exgeneral Luis García Meza, no ha olvidado la sentencia que pronunció al vivo en la televisión cuando apareció junto al otrora líder de los sindicatos bolivianos Juan Lechín, detenido y golpeado.

Vestido de civil, de traje y corbata, la noche del 18 de julio de 1980, hacia las 20h00, en el horario estelar de la entonces Televisión Boliviana, advirtió, riguroso, como solo él solía serlo esos días, que “todos aquellos elementos que contravengan al decreto ley (de Estado de Sitio que impuso el régimen de García Meza) tienen que andar con el testamento bajo el brazo, porque seremos taxativos: ¡no va haber perdón!”.

Más de 3 décadas después, Arce Gómez, a quien la prensa estadounidense bautizó como el “ministro de la cocaína”, camina presto por los pasillos del pabellón A de Chonchocoro, donde está a cargo de la biblioteca.

De acuerdo con su propia declaración a la ABI, el encierro, a los 74 años que frisa a la fecha, no le impide pasarla bien o por lo menos sobrellevarla.

“El próximo julio cumpliré cuatro años de reclusión después de que me deportaron de Estados Unidos, en julio de 2009”, precisa el hombre que el expresidente socialdemócrata Jaime Paz Zamora (1989-93), puso en un avión y sin trámite, extraditó a Estados Unidos, donde cumplió 16 años de presidio en una cárcel de Miami.

“Bueno veo mucha televisión, novelas y programas de cocina, sobre todo, soy televidente del programa de doña Justa, de canal 7 y ahí aprendo a cocinar muchos platos. Una de mis pasiones favoritas. Como en Estados Unidos también manejo la computadora”, reseña.

Arce Gómez, a quien se le atribuye la organización del asalto, por paramilitares, incluso argentinos, a la casona de la Central Obrera Boliviana, en el paseo capitalino de El Prado, donde el 17 de julio de 1980 se reunía el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia y donde fue detenido y asesinado el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, luce bien, cómodo y saludable, podría decirse.

“Sí, tengo mi microonda, mi licuadora para hacerme jugos y mi cocina porque no como la comida que nos dan (en el penal), ya que tiene mucho condimento”, puntualiza.

Arce Gómez habita una celda de dos espacios, uno de los cuales funge de dormitorio y el otro de recibidor.

Consultado sobre la ley que establece un sistema progresivo que implementa la Dirección General de Régimen Penitenciario, para clasificar la peligrosidad de los reos, admite que “aquí se vive en una tranquilidad absoluta, estamos felices”.

“Yo, por lo menos, estoy feliz porque vivo en armonía y tranquilo. Nosotros apoyamos todo lo que se planificó con el director Ramiro Llanos, para implementar el sistema progresivo, pero sin hacer ningún aspaviento”, dijo.

Bibliotecario y deportista

El hombre fuerte del régimen militar de los ´80 se ha hecho cargo estos días de la biblioteca del penal de Chonchocoro.

“Estamos promoviendo la lectura, empezando por selecciones, estudios sociales, política, economía y recién la Embajada de Holanda nos hizo una donación de un lote de textos que falta ser codificados. Lo que nos hace falta son diccionarios, pero Larousses” (…) En octubre del pasado año, (los reos) sacaron 107 libros y es una prueba de que hay interés por la lectura, fue un récord. La biblioteca se abre solamente tres veces por semana, incluso sacamos al patio periódicos para que la gente pueda estudiar y leer, sobre todo, cuando hay el clásico paceño (de fútbol), relata.

A 26 años de cumplir su condena, Arce Gómez se ha impuesto un régimen diario para mantenerse en forma.

´Tengo mi soga con la que hago también deporte, pero también soy profesor de ajedrez, he dado curso y organizamos un campeonato”, finaliza.