Qananchiri y el neocomunismo

GARCALIN Francamente lamentables las palabras del vicepresidente Álvaro García Linera, quien llamó ayer a “reivindicar el comunismo” como “la esperanza planetaria” de la humanidad, declaraciones perpetradas durante la celebración de los 60 años de creación del Comité Nacional de la Juventud Comunista de Bolivia.

“El comunismo es la esperanza, pero hay que recomenzar”, “el comunismo será planetario o no será comunismo”, dijo Qananchiri, su alias cuando integraba el grupo terrorista EGTK.

No es la primera vez que García Linera se refiere al “horizonte comunista” del actual gobierno, lo que coincide con la autodefinición de “marxista-leninista” profesada por el presidente Evo Morales.



Hace pocos días atrás, el vice incluso habló de inculcar en los estudiantes de secundaria la “ideología comunitarista”, lo que sólo puede ser un eufemismo de un adoctrinamiento en la mencionada corriente totalitaria.

Si el legado de terror y represión dejado por las distintas tiranías comunistas del siglo XX es la herencia que el actual gobierno quiere retomar, las perspectivas para Bolivia se vuelven tenebrosas.

Algunos datos básicos:

“El libro negro del comunismo”, escrito por un equipo de académicos europeos y editado por Stéphane Courtois, director de investigaciones del Centre national de la recherche scientifique (CNRS), la mayor y más prestigiosa organización pública de investigación de Francia, cataloga los diversos actos criminales (asesinatos, tortura, deportaciones, etc.) implementados por los regímenes comunistas.

De acuerdo con las estimaciones realizadas, el libro cita un total de muertes que “se acerca a la cifra de cien millones”: 20 millones en la Unión Soviética, 65 millones en la República Popular China, 1 millón en Vietnam, 2 millones en Corea del Norte, 2 millones en Camboya, 1 millón en los regímenes comunistas de Europa oriental, 150.000 en Cuba y otros países de Latinoamérica, 1,7 millones en África, 1,5 millones en Afganistán y 10.000 muertes provocadas por “el movimiento comunista internacional y partidos comunistas no situados en el poder”.

No hay nada para reivindicar…

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