Argentina prohíbe exportación de harina afectando a Bolivia

El 99% del insumo importado proviene del vecino país. El pan que consumen los bolivianos se prepara en un 50% con harina Argentina y el otro 50% con harina nacional entregada por Emapa.

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EL DIARIO, La Paz



EL GOBIERNO ARGENTINO ENFRENTA ESCASEZ DE HARINA EN SU MERCADO INTERNO, POR LO QUE PROHIBIÓ LAS EXPORTACIONES AFECTANDO DIRECTAMENTE A BOLIVIA.

El Gobierno de la presidenta de Argentina Cristina Fernández cerró sus fronteras a la exportación de harina de trigo para evitar el desabastecimiento del mercado interno de ese país.

La mala campaña realizada afectó la producción en más de dos millones de toneladas del cereal. Esta decisión podría afectar al mercado interno boliviano, en la elaboración de productos con este insumo, ya que el 99 por ciento de las compras de Bolivia provienen de este país, informó Jimena León, jefa de la Unidad de Estadística del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), a la red Erbol.

"En el 2012 la importación de harina fue por más de 90 millones de dólares por 224 mil toneladas que se importó, y a mayo de 2013 se viene importando más de 14.7 millones de dólares, es decir por cerca de 32 mil toneladas de harina, y de la mayor cantidad de harina de trigo que Bolivia consume, el 99 por ciento viene desde la Argentina, y sólo un 1 por ciento de Estados Unidos", señaló la especialista.

Los datos reflejan a mayo de 2013, agregó León, una caída del 61 por ciento en la importación de harina. Esta situación se explica también por los elevados precios del insumo que subió de 215 bolivianos el quintal, a 240 bolivianos.

"El año pasado entre enero y mayo se importó harina de trigo por 38 millones de dólares, mientras que en el 2013 sólo se importó 14 millones de dólares, se nota que ha habido un decrecimiento del 61 por ciento, es decir el 2013 se importa 61 por ciento menos que el 2013", explicó.

El máximo dirigente de los panificadores del país, Daniel Lamas, expresó su preocupación por la restricción Argentina, ya que el pan que consumen los bolivianos se prepara en un 50 por ciento con harina Argentina y el otro 50 por ciento con harina nacional entregada por Emapa.

"Nosotros dependemos de la harina Argentina en la mitad para hacer nuestras elaboraciones del pan", apuntó Lamas.

Erbol realizó un sondeó entre los distintos lugares que expenden productos elaborados con harina de trigo, como pastelerías u otros, donde las vendedoras explicaron que el precio no se incrementó pese al elevado costo del insumo.

Jaime Zanga, propietario de una pizzería, dijo que las utilidades bajaron en los últimos meses, además tuvo que despedir a cuatro operarios porque las ganancias ya no alcanzan para cubrir los sueldos.

CRISIS ARGERTINA

Según BBC Mundo, entre 1996 y 2005 Argentina venía produciendo cerca de 15 millones de toneladas de trigo por año, en promedio, una cifra que empezó a caer a partir de 2006 cuando el Gobierno empezó a restringir las exportaciones del cereal.

Con el cierre parcial del mercado externo, que históricamente absorbía cerca de dos tercios de la producción de trigo, el precio del grano cayó en el mercado interno, donde anualmente se consumen entre 5 y 6 millones de toneladas del cereal.

Según Jorge Elustondo, economista experto en políticas agropecuarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dada esta situación los productores se vieron obligados a vender tu trigo a los molinos a un precio 40% menor que en el mercado internacional.

Esto llevó a que muchos productores de trigo decidieran volcarse a otros cereales, como la cebada, que no tiene restricciones para su exportación.

También algunos tomaron la decisión de dedicarse exclusivamente a la soja, el principal bien de exportación argentino, que normalmente se cultiva de forma alternada con el trigo o la cebada para cuidar la calidad de la tierra.

De esta forma, el trigo pasó de 15 millones de toneladas a 9 millones en siete años. "Pasó lo mismo que con la carne: en la última década se perdieron 10 millones de cabezas de ganado. Y también la industria láctea está en crisis", resaltó Elustondo.

La menor producción de trigo causó una situación insólita: en Argentina este cereal pasó a ser más caro que la soya, llegando a un valor de 520 dólares por tonelada, el doble de lo que cuesta en el mercado internacional y más de 150 dólares por encima del precio de la oleaginosa, normalmente la más cara, por lejos.