Captura de delincuentes que huyeron de Bolivia es una tarea sin resultados

La extradición o búsqueda de personas que cometieron algún delito en Bolivia y se dieron a la fuga al exterior es una tarea nula en el país.

image En la página de Interpol figuran sólo 9 personas buscadas a nivel internacional, entre ellas un muerto (Jorge Raúl Clavijo) y hasta un refugiado político, como es el caso del exgobernador de Tarija,  Mario Cossío.  www.interpol.int



Los administradores de justicia tienen una serie de dificultades para evitar que los asesinos, violadores, narcotraficantes y otros delincuentes queden en la impunidad al estar fuera del país.

En la lista de la Interpol (Policía Internacional, por sus siglas en inglés) existen personas de nacionalidad boliviana buscadas en todo el mundo. La mayoría está relacionada con delitos de corrupción. En este registro no contempla casos que conmovieron por el daño emocional y físico a niños, pese a que la defensa de los derechos y la integridad de la niñez es una prioridad en todo el mundo.

No buscar y perseguir a los agresores de los niños, por ejemplo, se debe a que no hay seguimiento de la investigación por parte de la Policía y Fiscalía, instancias obligadas por ley. El común en ambas instituciones también es la falta de presupuesto, coordinación y los cambios permanentes de personal.

IMPUNIDAD

Un ejemplo evidente se refleja en el caso del exsacerdote de Tapacarí, Juan José Sant’ana Trinidade que en 2007 fue acusado de abusar sexualmente a más de una docena de niños de un centro en ese municipio y que se fugó hacia Uruguay antes de ser atrapado por la Policía. A la fecha el caso está en la impunidad toda vez que el responsable incluso fue entrevistado en su país en 2010 por un medio impreso. Reconoció su delito, pero sigue libre. En esa oportunidad dijo que espera ser buscado por la Policía de Bolivia para responder por las denuncias hechas en su contra por el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) tras conocer la denuncia de las víctimas.

Al respecto, el actual fiscal de distrito de Cochabamba, Freddy Torrico, reconoció que hubo algunas debilidades institucionales en ese tiempo que derivaron en errores procedimentales y de organización. Por ejemplo, la coordinación a través de comisiones de la Fiscalía y de la Policía con las embajadas y consulados generales. De esta manera se tendría una representatividad ante las autoridades del Uruguay para hacer seguimiento. Asimismo el hecho de no contar con presupuesto para traerlo al país para que enfrente a la justicia.

“Hay que ser realistas, más allá de la voluntad institucional que tenemos está la imposibilidad material de efectivizar nuestras actuaciones de manera inmediata”, manifestó.

La autoridad, en este caso específico, pese a que no sucedió en su gestión, se comprometió a gestionar a través de la Dirección Nacional de Relaciones Internacionales el seguimiento al exreligioso con el objetivo de conseguir su extradición. Explicó que se pueden tramitar algunas diligencias porque la relación bilateral se maneja a través de la vía diplomática formal, lo que supone una serie de requisitos que tienen que ser observados en el procedimiento internacional entre las cancillerías.

A LA SUERTE

Pero la impunidad sigue en una serie de casos, como el de las “Niñas milagro”, conocido así porque el 2011 dos hermanitas que ahora tienen 7 y 5 años y sobrevivieron a la masacre a combazos de su padre que las dio por muertas luego de asesinar a su pareja y su hijo mayor.

Raúl Sánchez fue buscado por la Policía y, luego de varios meses, logró establecer que se dio a la fuga rumbo a la Argentina. En ese país, tras un trabajo de coordinación con la Policía Federal, se descartó la captura del presunto asesino. Hubo una confusión por el parecido con otro ciudadano argentino que en principio no contaba con identificación. No hubo más avances en la investigación, incluso el policía asignado ya se encuentra cumpliendo funciones en otra unidad policial y el que se quedó en su lugar desconoce los antecedentes del caso.

Un hecho reciente que también conmovió a la población cochabambina fue el asesinato de una mujer y la desaparición de su hijo. Sanders Montaño huyó hacia Brasil y se cree que continuó hacia Estados Unidos donde su familia tiene negocios y una casa. Sin embargo no hay mayores avances ni pistas sobre su paradero.

Desde la Policía reconocen que no es tarea fácil hacer el seguimiento en el exterior y que la mayoría de los casos son esclarecidos gracias a información de personas del entorno de los delincuentes.

Un investigador de Inteligencia, que prefirió no identificarse, reconoció que a veces es cuestión de suerte. Recordó que las capturas se dan por denuncias de las parejas conyugales de los delincuentes tras una pelea vía teléfono.

Reciprocidad no es la esperada

Las relaciones bilaterales entre los países, para este tipo de casos con personas que se fugan al exterior, no son las esperadas por la Policía y Fiscalía.

Si bien se puede acceder a través de las consulados generales y embajadas la atención no es oportuna debido a los procedimientos y la burocracia que son parte de los trámites de extradición o captura que puede prolongarse hasta por un año.

Es por eso que la Policía muchas veces opta por las relaciones directas con unidades similares en los otros países, pero esto tampoco resulta efectivo.

En una oportunidad Bolivia coadyuvó con Brasil para la captura de un delincuente y cuando pidió la misma “generosidad” no le fue concedida. Fue en el caso de una persona buscada por narcotráfico que fue vigilada por más de un año en el país vecino y cuando se intentó su captura, la Policia brasileña no lo permitió bajo el argumento que no había cometido ningún delito. Al percatarse que pretendía salir de ese país rumbo a Italia con documentos falsos se lo capturó, pero no fue entregado a la Policía boliviana con el argumento que debía ser juzgado en ese país por portación de documento falsificado.

Fuente: OPINIÓN, Cochabamba.