Cómo se crea un gigante asiático de la electrónica

58487_540x356 El nombre de la compañía es Hon Hai Precision Industry, pero lo más probable es que la conozcas como "Foxconn", el gigante taiwanés de la fabricación de electrónica. En sus plantas, repartidas entre China, México, Brasil, India, Malasia o -recientemente- EE.UU., se ensamblan la gran mayoría de dispositivos que compramos hoy en día; los iPads y los iPhone, la Playstation 3, la Wii U, la primera Xbox, varias marcas de PC…

Es la misma Foxconn en el punto de mira de la industria y los medios por sus prácticas laborales. Y pronto, parece, será también un gigante de la electrónica de consumo, una marca más en los escaparates que hará compañía a Huawei o Samsung.

Las pistas están ahí. A mediados del mes de junio Hon Hai anunció su intención de crear un "reloj inteligente", una pulsera capaz de conectarse al móvil y transmitir datos de movimiento y actividad, con un lector de huellas dactilares integrado para validar pagos  y autentificar al usuario. Ayer sumó otra pieza al puzzle. Se convierte en uno de los pujantes por las licencias de telefonía LTE de Taiwán.



"La compañía está pensando también en desarrollar software y entrar en el negocio de los medios de comunicación y el contenido audiovisual", asgura el Wall Street Journal.

La jugada es parecida a la que en su día realizaron Asustek o HTC. Asustek es ahora Asus. Pasó de ensamblar componentes de PC (tarjetas gráficas) a convertirse en una marca con varias líneas de producto (Asus rebautizó su división de fabricación como Pegatrón). HTC fue el fabricante de varias PDAs a principios de siglo, entre ellas las famosas iPAQ de HP o varios modelos Treo de Palm.

Armadas con la experiencia de haber fabricado todo tipo de productos para sus ahora rivales, el salto de estas compañías al terreno de consumo fue mucho más sencillo y también casi inevitable. La fabricación, al final, es un negocio de márgenes muy ajustados y enormes inversiones en maquinaria y personal. Los beneficios de marcas como Apple o Samsung, una tentación irresistible.

Fuente: http://www.elmundo.es