El alcohol y la droga afectan la salud mental de cruceños

El lado que pocos ven de la sociedad. La depresión es otro grave problema, según el Centro de Salud Mental. Deteriora la calidad de vida.

Trago, drogas y depresión empeoran la salud mental

Los trastornos de la personalidad pueden acabar en adicciones o depresión. Sufre la víctima y la familia. La economía y la sociedad también se resienten. Hay más conductas agresivas.

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Daniel (nombre ficticio) estudia Veterinaria y practica skate, su hobbie preferido. Dejó el alcohol.

EL DEBER, Santa Cruz

La primera vez que bebió fue después de una fiesta de quince años y sin pensar se emborrachó. Daniel, de 15 años, junto a su amigo acabó tirado en la puerta de un edificio hasta el día siguiente. La dueña del inmueble les insistió para que llamaran a sus padres y, en medio del miedo al castigo, lo hicieron.

La madre de Daniel no solo recogió a su hijo, sino también tuvo que cambiarle hasta de ropa interior, porque se había orinado por el trago. Después de dormir, despertó avergonzado por lo que había pasado, pero días después, entre sus actividades del colegio y los amigos, volvió a tomar. Con el tiempo, un compañero le invitó marihuana, luego cocaína y así estuvo por años consumiendo drogas y bebidas alcohólicas.

Hasta hoy, Daniel, que ya tiene 27 años, no halla una razón clara por la que llegó a ese estado. “Simplemente sucedió”, dice. Como él, cada vez más personas, sobre todo jóvenes a partir de los 13 años, se involucran en el consumo de alcohol y drogas, siendo el principal trastorno mental de los cruceños.

Las estadísticas de la Fundación Centro de Salud Mental (Fucesame) muestran el abuso y la dependencia del alcohol y de las drogas como el principal problema de la salud mental en Santa Cruz, seguido de la depresión, todos con tendencia creciente. Según el director de este centro, Ronald Jiménez, hace una década la depresión ocupaba el primer lugar, pero la permisividad y la promoción cada vez mayor del alcohol invirtieron la relación.

Y es que las cosas no se dan solas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica: “La salud mental está ligada a los valores colectivos dominantes en un medio dado y a los valores propios de cada persona”. 

Entre 2008 y 2011, los casos de consumo de alcohol y drogas  en el Centro de Salud Mental casi se duplicaron, de 222 a 381, representando el 24% de los trastornos mentales. La depresión es el 19%, pero sumada a la ansiedad y a la bipolaridad, trastornos de los estados de ánimo, son el 43%.

No hay mucha conciencia

La mayoría de la gente acude a un profesional o a un centro de ayuda cuando ya tiene secuelas importantes. Así pasó con Daniel, decidió admitir que lo ayudaran tras diez años de adicción. Durante todo ese tiempo, perdió las ganas de estudiar, se aplazó varias veces y hasta empezó a consumir pastillas tranquilizantes (flunitrazepam), que mezcladas con el alcohol también se convierten en droga. “Primero tomé por diversión, pero después se fue complicando la relación con mi familia. Terminaba golpeado y un día hasta aparecí en una celda y no recordaba nada porque estaba ebrio, pero me acusaban de haber golpeado a la mamá de mi novia”, relata. Después de tanto drama, ahora Daniel dice que cambió por su mamá y porque Dios le tocó el corazón.

En este tema, no solo sufre el afectado, sino también la familia. Una mujer, de 35 años, que pidió reserva de su identidad, tiene dos hijos adolescentes y un bebé de tres meses. En su familia siempre lidió con las borracheras de su abuelo y de sus cuñados. Les pedía hasta a gritos que dejaran de beber y de hacer escándalo, su vida se transformó al punto que no podía dormir bien y andaba siempre alterada. Tuvo que buscar ayuda en Alcohólicos Anónimos y ahora entiende mejor la enfermedad del alcoholismo y cómo tratar con estas personas, sin que el problema la destruya.

El coordinador de esta institución, Jorge Buzolic, asegura que la mayoría de las personas con alguna adicción no buscan ayuda por vergüenza y se la pasan prometiendo a la familia que dejarán de hacerlo, pero no lo hacen. “La misma persona se va aislando de la sociedad”, dice.

Los males sociales

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas en el mundo tiene algún trastorno mental. Como referencia, en el Centro de Salud Mental de Santa Cruz hay 1.000 pacientes nuevos por año. “Y eso que estamos atendiendo solo la punta del iceberg en una sociedad con tanto problema, para que la gente llegue a un siquiatra es difícil, primero va a un médico general, luego va a otro, prueba con un curandero y, después de todo ese periplo, llega a un siquiatra. Todavía mucha gente cree que la atención en salud mental solo es para locos”, explica Jiménez.

La OMS también señala que “ciertas condiciones pueden dificultar la adaptación entre la persona y su medio, como la pobreza, la contaminación, discriminación y el difícil acceso a la educación”.

“La salud mental tiene que ver con calidad de vida, bienestar, oportunidades del individuo para desarrollarse, amar, trabajar y ser productivo en la comunidad”, reflexiona Jiménez y lamenta que el Estado y la propia población no den la importancia necesaria.

El siquiatra René Calvimontes incluso dice que las infracciones permanentes a las normas (como pasarse el semáforo en rojo o botar basura a la calle), las conductas agresivas (como gritar a otro conductor), las violaciones sexuales y otros males frecuentes también tienen mucho que ver con la desatención a la salud mental

ENFERMEDADES MENTALES 

1. Depresión. Con frecuencia se sufre la falta de sueño, pérdida de peso, desmotivación, irritabilidad y decaimiento. Se puede llegar al suicidio

2. Ansiedad. Es una preocupación permanente o temor a que suceda algo; mantiene nerviosa a la persona y hasta puede provocar pánico

3. Bipolaridad. Es un cambio del estado de ánimo, entre la alegría y la tristeza, de forma extrema y frecuente. Se tiene más riesgo de sufrir infartos

Depresión causa baja producción laboral

“Entre los 25 y 40 años se produce el pico más alto de productividad laboral y en ese lapso también suceden los eventos más significativos de todo ser humano como el matrimonio, la formación profesional, los hijos y el desarrollo como persona, por lo tanto atender la salud ocupacional, que incluye la salud mental, es muy importante”, asegura la sicóloga Jeannette Paredes.

Una persona deprimida no rendirá igual que una sin ese problema, añade. Según Paredes, cada vez más empresas en Santa Cruz están tomando conciencia de la importancia de lo que llaman ‘salud empresarial’, como el Programa de Bienestar Empresarial que ella desarrolla.

“La fuerza laboral debe estar motivada para producir bien, pero hay personas que frente a una misma situación se cargan de ganas y otras se abruman”, explica al hablar del estrés tan común.

Lorena (33) era guardia municipal, pero al alcoholismo le impidió seguir con ese trabajo. Bebía desde los 16 años por ‘sentirse el centro de atracción de los amigos’, pero acabó mal. Ahora está rehabilitada y es secretaria.