El “apriete”

Marcelo Ostria Trigo

MARCELO OSTRIA TRIGO OK “Apriete” es un modismo argentino que equivale a extorsión, presión, intimidación y amenaza. A esto se refiere el columnista Joaquín Morales Solá de La Nación de Buenos Aires (02.07.2013), en “Ya no hay límites para la extorsión de Cristina” (Fernández de Kirchner).

Sucede que el 17 de junio pasado, la Corte Suprema de Justicia argentina declaró inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura el que, en consecuencia, ya no tendrá una nueva composición, ni sus consejeros serán elegidos por votación popular. Este fallo, considerado como una derrota del gobierno, ha causado consternación en la presidente Fernández de Kirchner. Por ello, ya hay un “apriete” contra el presidente del tribunal supremo Ricardo Lorenzetti. El director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), confirmó que se investiga al presidente del tribunal supremo, “después de que la Corte declaró inconstitucional una importante ley del Gobierno. Imposible imaginar esto en otro país".



Pero no es exacto que el “apriete” a los opositores, usado por el régimen de la señora Fernández Kirchner, es “imposible de imaginar en otro país”, puesto que es práctica corriente de los gobiernos neopopulistas que enjuician –no es relevante tener sustento legal o no– a quienes objetan la política gubernamental o pretenden ser candidatos no oficiales en elecciones. Comparativamente, hay poquísimos –si los hay– juicios contra funcionarios de confianza y partidarios del gobierno.

El “apriete”, se da frecuentemente en la Venezuela chavista. Las víctimas: políticos opositores y cualquier sospechoso de disentir con el régimen, o de no haber votado en favor de los candidatos oficiales. “Decenas de demandas evidencian represalias contra empleados públicos en Venezuela”, titula un artículo de EFE.

Este procedimiento es también el usado por del ecuatoriano Rafael Correa, que prefiere emplearlo contra los órganos de prensa y periodistas independientes. Los juicios contra El Universo de Guayaquil y un periodista, probaron que el “apriete” es más fácil con una judicatura dócil que sirve para la venganza y para la persecución política.

En nuestro país hay decenas de juicios contra políticos y autoridades opositoras electas. El oficialismo, procura así mostrar que todos los malos son opositores y que todos los buenos militan en el partido gobernante. No hay tal: estamos mezclados buenos y malos en el gobierno y en la oposición. No hay grupos totalmente puros.

Mientras tanto, los componentes de la democracia van desapareciendo.