En memoria de Humberto Vásquez Viaña

Susana Seleme Antelosusana_selemeAnte la urna que contenía sus restos, traídos desde Suecia por su esposa, el hijo, los familiares, amigas y amigos de Humberto nos reunimos en la Casa de la Cultura para darle una condolida bienvenida, pues se queda y descansará entre nosotros. El intelectual crítico, el hombre honesto, sencillo y asceta que fue Humberto no ha muerto. Está vivo en sus libros y en el deber de la memoria de quienes lo conocimos, lo quisimos, fuimos sus compañeros y amigos. Admiré su espíritu crítico, que generaba a la vez un pensamiento crítico sin concesiones, y su comprobada honestidad intelectual, aun antes de la publicación de sus varios libros sobre la guerrilla del Che.Humberto consiguió articular dos dimensiones fundamentales en su vida: como sujeto activo y militante de un proceso que marcó la historia de Bolivia y del mundo –la guerrilla del Che– y como intelectual. En ese papel rescató aspectos olvidados o negados, revisó y reinterpretó datos decisivos para la comprensión holística de esos sucesos y dijo verdades que pueden incomodar.Conocí a Humberto hace muchísimos años, en marzo de 1968, en La Habana, cuando recorríamos los senderos de la lucha armada, con sus múltiples e intrincadas facetas, como la compartimentación. Años después, ya en Santa Cruz y en los 90, la recordábamos convencidos de que mucha gente se salvó gracias a ella: hubo gente que nunca supo el nombre verdadero de sus contactos. Hablábamos de cómo entonces no atisbábamos el futuro entre cruel y amable que nos tocó vivir, amén de la muerte de su hermano Jorge y de otras muertes dolorosas. Los restos de Jorge nunca fueron hallados, aunque se tenía información de que había sido lanzado desde una avioneta en la zona de Macheretí: los militares le aplicaron la ley fuga en 1967.Cuando fuimos asesores en 1966 en el Concejo Municipal repasábamos al Marx original y nos deleitábamos con el Gramsci del intelectual orgánico. Lamentábamos que con la crisis del marxismo, la desaparición del ‘socialismo real’, la noción de ‘identidad’ había remplazado a la categoría ‘clase’, en las ciencias sociales y en la práctica política. El mejor homenaje que le haremos al amigo que se fue, pero se queda, es leer y releer su obra y la de su padre, don Humberto Vásquez Machicado, el primero en introducir la historia del oriente boliviano en un manual de Historia de Bolivia.Humberto Vásquez Viaña fue fiel a su utopía, la del militante activo y la de intelectual crítico, comprometido no solo con su tiempo, sino con el futuro.El Deber – Santa Cruz