Estados Unidos, el gigante disfuncional

Andrés Oppenheimer

OPPENHEIMER Estados Unidos se está convirtiendo en un país disfuncional: políticamente, está haciendo el ridículo con sus últimos escándalos de espionaje internacional, mientras económica y tecnológicamente está resurgiendo a una velocidad asombrosa.

Esa fue mi primera conclusión tras leer un nuevo informe de la compañía financiera Merrill Lynch según el cual ya estamos viendo “un renacimiento económico” de Estados Unidos, y ver otro reporte de la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos que muestra la enorme brecha tecnológica que sigue existiendo entre este país y sus rivales más próximos.



No hay duda de que, políticamente, la imagen del país a nivel internacional no logra levantarse.

Justo cuando los titulares de la deserción del ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden empezaban a desaparecer de las primeras planas, una nueva filtración de Snowden sobre el espionaje electrónico de Estados Unidos en Europa y Latinoamérica ha enfurecido tanto a los enemigos como a los amigos del país.

Hasta los aliados de Washington, como México, Colombia y Chile, están exigiendo explicaciones —y disculpas— al gobierno del Presidente Obama. Es el mayor fiasco diplomático estadounidense desde que Wikileaks dio a conocer en 2010 miles de cables del Departamento de Estado, incluyendo algunos en los que altos funcionarios cuestionaban la salud mental de la presidenta argentina, y catalogaban al entonces primer ministro italiano de “vanidoso e ineficaz”.

Y en lo que hace a la política interna, a Washington no le va mucho mejor. La parálisis legislativa está peor que nunca — el Congreso ha sancionado apenas 15 leyes en los primeros seis meses de este año, menos que en ningún otro período similar de la historia — y es improbable que demócratas y republicanos logren acercarse a medida que se aproximan las elecciones legislativas de 2014.

Pero en el ámbito económico y tecnológico, la historia es muy diferente. El índice Dow Jones de la bolsa alcanzo su nivel más alto de todos los tiempos la semana pasada, al tiempo que el gobierno lograba un superávit presupuestario de $116 mil millones en junio, el mayor en cinco años.

Más importante aún, hay varias tendencias a largo plazo que pintan muy bien para Estados Unidos.

Según el reciente informe de Merrill Lynch titulado “Un mundo en transformación”, el “renacimiento” económico del país se debe a tres factores: una creciente independencia energética, un sector manufacturero cada vez más competitivo, y un cada vez mayor liderazgo tecnológico.

Tras depender de las importaciones de petróleo durante casi 70 años, Estados Unidos está en camino de ser energéticamente independiente gracias a la tecnología de extracción de gas natural por medio del método de fractura hidráulica, o “fracking”.

Esta revolución energética llegará a todos los rincones de la economía a medida que las industrias manufactureras del país beneficien de los precios más bajos de la energía, dice el informe.

Simultáneamente, los masivos despidos ocurridos tras la crisis económica de 2008 han bajado los costos laborales y, pese al costo social, han hecho que las corporaciones estadounidenses sean más rentables y sus manufacturas sean “verdaderamente competitivas”, afirma.

Finalmente, un explosivo crecimiento de la innovación tecnológica —incluyendo la robótica, la nube informática y la medicina personalizada basada en estudios genéticos darán mayor impulso a la economía de Estados Unidos, dice el informe.

El otro reporte, con los últimos datos de la Oficina de Patentes y Marcas, muestra que las empresas e inventores individuales de Estados Unidos registraron 134,200 patentes en 2012, contra las 121,300 patentes registradas el año pasado.

El número de patentes registradas en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos se considera un estándar clave de innovación, porque la mayoría de los países quieren registrar sus patentes en el mercado más grande del mundo.

Estados Unidos fue seguido muy de lejos por Japón, que registró 52,800 patentes, Alemania con 15,000, y Corea del Sur con 14,200. Comparativamente, China registró 6,000 patentes, India 1,700 y Rusia 340.

Entre los países latinoamericanos, Brasil registró 256 patentes, México 153, Argentina 67, Chile 38, Venezuela 26 y Colombia 16.

Las cifras de las patentes son un buen indicador del desarrollo económico, porque el mundo se encamina cada vez más a una economía basada en el conocimiento, en la que los países que producen productos y servicios de alta tecnología tienen ingresos mucho mayores que aquellos que solo venden materias primas.

Mi opinión: Cuando viajo a otros países y me preguntan cómo están las cosas en Estados Unidos, les respondo que depende como se miren las cosas. Políticamente, está perdiendo terreno. Económica y tecnológicamente, está ganando.

Es como un gigante muy creativo y trabajador, que no tiene ninguna habilidad social. Uno puede reírse de sus fiascos diplomáticos, o maravillarse de su capacidad de innovación, o ambas cosas.

El Nuevo Herald – Miami