Evo llama, Dilma no contesta

DILMA El teléfono no ha estado funcionando bien entre el Palacio Quemado y Planalto.

De hecho, las relaciones entre ambos gobiernos parecen estar congeladas por completo en los últimos tiempos, a raíz de varios factores:

1) La inundación de cocaína del Chapare en las favelas brasileñas.



2) El bloqueo gubernamental a la salida del senador opositor Roger Pinto hacia su asilo en Brasil.

3) La violación a la inmunidad diplomática de varios aviones oficiales del vecino país.

Síntoma del congelamiento es la negativa de la presidenta Dilma Rousseff a visitar Bolivia, incluso cuando Morales convocó a una reunión de Unasur en medio de su show de victimización por los percances sufridos en Europa.

En este contexto, el presidente cocalero ha intentado en reiteradas ocasiones la comunicación directa con la mandataria brasileña, infructuosamente.

De ahí su viaje a Ecuador, en plena crisis diplomática, con el objetivo de “usar otro teléfono”, pidiéndole al presidente Correa que interceda ante Brasilia.

Ahora, la ley del hielo brasileña forzó la primera concesión de La Paz, con la liberación de los hinchas del Corinthians presos en una cárcel de Oruro (los cuales siempre fueron considerados moneda de cambio por la administración evista, una suerte de rehenes).

El gobierno de Morales hace malabares buscando la manera de incumplir lo firmado por el propio presidente en el acuerdo del Mercosur sobre el derecho de asilo, que lo obliga a extender el salvoconducto para que Pinto salga del país.

Sin embargo, es posible que la serie de concesiones recién esté empezando. La maquinaria de Itamaraty se ha puesto en marcha…

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