Prohibir el espacio aéreo, una medida legal de dudosa conveniencia diplomática

AVIONEvo Morales no se imaginaba al despegar de Moscú, luego de una reunión con otros presidentes de países exportadores de gas organizada por el mandatario ruso, Vladimir Putin, que su vuelo sufriría una inesperada turbulencia diplomática al acercarse a cielo europeo. Nadie lo dejaba pasar, en una barrera invisible que levantaron allá e n las alturas los gobiernos de Francia, España, Italia y Portugal. El aterrizaje en Viena, un plan alternativo elaborado sobre la marcha de la noche, dejó atrás la sorpresa de la prohibición que la comitiva boliviana recibió mientras estaba en el aire.Pero no borró los sinsabores del rechazo. Y generó, sobre todo, una discusión sobre la legalidad de la medida que adoptaron los cuatro gobiernos europeos, que forzaron el desvío de última instancia del avión a la capital de Austria.En lo esencial, los especialistas en derecho internacional parecen tener pocas dudas: la prohibición del sobrevuelo de los respectivos países fue absolutamente conforme a la ley.En todo caso, la discusión pasa más por la conveniencia política y diplomática, por el juego de fuerzas y las intrigas cruzadas de los distintos actores en pugna, que por los tratados que rigen el derecho de la comunidad internacional.»Un país tiene derecho a la soberanía sobre su espacio aéreo, no tiene que dar ninguna explicación. La gente que está contra Estados Unidos y a favor de que se liberen los documentos clasificados va a decir que está mal y va apoyar a Evo Morales. Pero el tema es si estamos de acuerdo con aplicar la ley o no. La ley está para cumplirla, no para cumplirla cuando me conviene», dijo a LA NACION el ex vicecanciller Andrés Cisneros.Cisneros trazó una línea muy clara entre las preferencias personales o las inclinaciones políticas y el imperio de la ley.»La Argentina, por ejemplo, le prohibió el sobrevuelo a la empresa Lan Chile para Malvinas varias veces durante este gobierno. Para mí está mal, pero tiene derecho a hacerlo. No lo apruebo políticamente, pero jurídicamente el país puede hacerlo», insistió.Llegado el caso, si el avión presidencial aterriza en tierra extranjera, el gobierno local no tiene autoridad para entrar sin permiso en la nave, como se especuló que sucedería con el avión de Morales para averiguar si el topo norteamericano Edward Snowden se escondía efectivamente allí.Según Cisneros, el avión goza de inmunidad diplomática, es algo así como una embajada voladora. «Ese avión es un pedazo de territorio boliviano que vuela», señaló.«Nada cortés»El ex canciller Dante Caputo coincidió en que todo el episodio se dio en el marco de la ley.Le llamó la atención, sin embargo, que los gobiernos europeos revocaran la autorización de sobrevolar su espacio aéreo cuando el avión ya estaba en camino, luego de haberla concedido antes del despegue, como parte del plan de vuelo.»Lo que hicieron está en el marco de las leyes, pero fuera de la más elemental cortesía diplomática. Y también es una buena excusa para la exageración de parte de algunos gobiernos latinoamericanos», dijo Caputo, en un salomónico reparto de críticas.»Denegar el ingreso aéreo es medio pesado, y denegárselo a un presidente es rarísimo», afirmó el canciller de Raúl Alfonsín. «Fue un pedido norteamericano, seguramente. El objetivo es recordar que no se hacen chistes con estos temas. Que Snowden tiene una información importante, que los rusos lo quieren, los chinos lo quieren, y por eso lo queremos bajo nuestro control», agregó.Un caso con pocos antecedentesNegativa de vueloEl caso del avión de Evo Morales -forzado a aterrizar en Austria luego de que cuatro países le negaran el permiso para sobrevolar su espacio aéreo- es muy poco frecuente. Sí hubo casos en los que se forzó un aterrizaje o se prohibió volar a alguien porque era un sospechoso de terrorismo o de violar una ley internacional.Merkel e IránEn mayo de 2011, Irán le negó el permiso para sobrevolar su espacio aéreo al avión en el que viajaba la canciller alemana, Ángela Merkel, con destino a la India. La aeronave tuvo que sobrevolar Turquía durante dos horas hasta que, finalmente, luego de intensas negociaciones, recibió el permiso.La Nación – Buenos Aires