Síndrome de Cotard, la extraña enfermedad de los muertos vivientes

The Walking Dead es algo más que una serie de culto para sus aficionados. Sin embargo, la realidad puede llegar a superar a la ficción. Existe una enfermedad que nos convierte en verdaderos muertos vivientes.

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Reconozco que no me gusta nada la serie The Walking Dead. Quizá sea porque me da aprensión o miedo, pero lo cierto es que no soporto ver una serie de muertos vivientes, en la que es más que probable que la historia ocurrida tras el famoso apocalipsis zombie se traslade luego a mis horas de sueño y tenga pesadillas. Pero para hablar de pesadillas, mejor contamos hoy con uno de los trastornos psiquiátricos más extraños: el síndrome de Cotard.



Esta enfermedad, descubierta por el neurólogo francés Jules Cotard, es realmente antigua, ya que las primeras descripciones de sus síntomas datan de 1880. Conocido en francés como le délire de négation, el síndrome de Cotard afecta a pacientes de tal manera que los hace creer muertos, aunque también se han descrito casos dondesolo piensan que sus órganos están putrefactos.

En otras palabras, las mentes de los enfermos les juegan una mala pasada, haciéndoles creer que se encuentran en un extraño estado zombie. Se trata en efecto de un delirio relacionado con depresiones graves, aunque también se ha observado como síntoma menor en pacientes aquejados de otras enfermedades, tales como la esquizofrenia.

La realidad distorsionada a la que se enfrentan estos pacientes es tremenda. En una entrevista aparecida hace un tiempo en New Scientist, un médico belga tuvo que tratar a un paciente que tras intentar suicidarse, sufría de los síntomas típicos del síndrome de Cotard.

Tal y como quedó registrado en su historia clínica, el individuo insistía una y otra vez en que su cerebro estaba muerto. No importaban las explicaciones médicas de que era imposible que Graham, el paciente, siguiera vivo sin ese órgano. Él no lo entendía:

"When I was in hospital I kept on telling them that the tablets weren’t going to do me any good ‘cause my brain was dead. I lost my sense of smell and taste. I didn’t need to eat, or speak, or do anything. I ended up spending time in the graveyard because that was the closest I could get to death."

La literatura científica ha relacionado la existencia del síndrome de Cotard con problemas en la amígdala y otras estructuras límbicas del cerebro (encargadas de las respuestas emocionales), además de otras zonas como el lóbulo parietal. Incluso se ha observado que en algunos pacientes, esta extraña enfermedad podría tener que ver con los efectos secundarios de algunos fármacos, como el valaciclovir.

¿Es posible curar a estos muertos vivientes? Existen casos en los que mediante tratamiento farmacológico se han conseguido reducir los síntomas, gracias al uso de medicamentos antidepresivos y antipsicóticos. Sin duda, el síndrome de Cotard es una de estas enfermedades en las que la realidad supera a la ficción. ¿Quién nos iba a decir que The Walking Dead iba a contar con un alter-ego en forma de enfermedad?

Fuente: http://alt1040.com