Urgente descentralización de la salud

Norah Soruco de Salvatierra

SORUCO Son ominosas las escenas que muestran a nuestra gente cuando debe asistir a los hospitales buscando asistencia médica, donde son repelidos por falta de recursos económicos para pagar su consulta, cama o medicamentos; mientras nos llenamos la boca con los índices de bonanza y crecimiento económico.

Es altamente probable que ninguno de los tres niveles de gobierno se sienta aludido en particular, porque se han dictado tal cantidad de incongruencias en el reparto de competencias, que hoy es responsabilidad de todos y de ninguno. Que la infraestructura y equipamiento es de los municipios, que los centros de especialidad son departamentales, que los ítems del personal son nacionales, en fin una atomización total. Con ello, sólo reina la confusión en el pobre paciente y más aún el de las provincias, que no sabe a quién dirigir sus reclamos, hasta en términos de clamor.



Está ya definido que la población de Santa Cruz ha crecido en el 37% y es el más poblado del país, pero ¿cuál es el acompañamiento de las instancias estatales a esta dramática realidad, que no sea la de repartir culpas y preconceptos para desconocer las reales necesidades?

Ha llegado el momento inaplazable de abrogar todos esos disgregadores ensayos organizativos, para dar paso a la descentralización completa del servicio público de salud con la transferencia de todos los recursos presupuestados, hacia las gobernaciones departamentales, para que sean cabeza única responsable del sector salud, coordinando con los gobiernos municipales las acciones técnico-financieras y administrativo-operativas, según el tamaño de sus requerimientos en recursos humanos, materiales y de distancia.

Está en juego la vida de los bolivianos allí donde se encuentren y donde necesiten atención. En ningún caso la salud, la educación ni la seguridad ciudadana pueden seguir manejándose como botín político ni instrumento revanchista. La responsabilidad pública en estos rubros es la primera obligación de toda autoridad gubernamental y mucho más si se propala el vivir bien.