Deudas en la bonanza

Humberto Vacaflor GanamCOWFLOWERLa campaña 2014 ha comenzado. Todo se maneja con ese criterio. Debieron llegar los presidentes del BID y de la CAF para elogiar el manejo de la economía coincidiendo con la colocación de nuevos bonos soberanos.Los personajes tienen que ser de primera clase. Descollantes. El jet set internacional debe ser incluido en esta campaña.Está prevista una visita del presidente Evo Morales al Papa, para que explique de qué se trata eso de la Iglesia Católica, según ha dicho el ministro Carlos Romero, y muchas otras presentaciones en Europa. Quizá convenga que el presidente tramite una visa shengen a fin de evitarse inconveniente.Por el momento, el programa de la campaña incluyó expresiones internacionales de confianza en la economía, para lo que fue necesario que el país se endeude un poco más. La idea es mostrar que está tan bien la economía que el país es sujeto de crédito ilimitado, con montos concedidos a sola firma. Al final, un costo adicional de la campaña electoral, costo que será cargado a la deuda externa.Ahora, sólo con el BID, la CAF y el Banco Mundial, el país tiene una deuda acumulada de más de 2.800 millones de dólares. Ni siquiera en la locura del endeudamiento de Hugo Banzer se llegó a estos niveles.En cuanto a la nueva emisión de bonos soberanos, que fue recibida con alborozo en medio de los agasajos a los huéspedes-acreedores, el impacto fue inmediato.Nadie observó que, de un año a otro, de la emisión del año pasado a la segunda, la tasa de interés creció de 4,88% a 5,95%. Son detalles que resultaría incómodo repetir ante los auditorios de los aplausos.Según Armando Méndez, expresidente del Banco Central, el dinero de la anterior emisión ha sido incorporado a las reservas. Si es así, los gobernantes estarían haciendo estas operaciones sólo para dar golpes de escena, mencionando los montos de las reservas internacionales.Es curioso que siempre que suben los precios de las materias primas que el país exporta, estén en el Palacio Quemado unos gobernantes con un fuerte impulso para el endeudamiento externo. Según estos gobernantes hermanados en el tiempo, no basta tener plata; hay que tener crédito y usarlo.Eso pasó con Banzer hace cuarenta años. Y no aprendemos. La fiesta continúa.