El boomerang del Estado Plurinacional

Jorge Landívar RocalandivarLa respuesta a la capciosa pregunta sobre autoidentificación étnica del censo 2001, propiciada por ONGs, fundaciones, organizaciones religiosas y otras, dio lugar a que el partido de gobierno impulsara una causa indigenista para la toma del poder, sobre la base que Bolivia es multiétnica y pluricultural. Se trataba, con este experimento, de enraizar en la mente de los bolivianos que este país es esencialmente indígena. No otra cosa explica la cantidad de “onegistas” ocupando cargos públicos.Con este fin, la consulta sobre identidad étnica del operativo censal del 2001encerró subrepticiamente un propósito político furtivamente planificado. Objetivo logrado si se examina el contenido del nuevo texto constitucional. La estrategia consistía en categorizar socialmente a quienes, se sabía, habían respaldado electoralmente al MAS en las pasadas elecciones generales. Así surge la categoría de “naciones y pueblos indígena originario campesinos”, diferenciada de otras menos afines al partido de gobierno como las “comunidades interculturales” y las “afrobolivianas”. Art. 3 C.P.E.Como era de esperar, con el argumento constitucional, en el censo del 2012 los estrategas del gobierno redactaron la ingeniosa pregunta sobre “autoidentificación”, la que a su vez comportaba una encuesta política respecto al apego hacia el proyecto de “socialismo comunitario”. Propuesta que utiliza el indigenismo, como base táctica para sostener un nuevo paradigma político filosófico y asumir una identidad ideológica.Utilizada como encuesta, la contundente respuesta del 58,2% de los bolivianos que declararon no pertenecer a ningún pueblo “indígena originario campesinos”, frente al 40,5% que sí lo hicieron; constituye un duro revés al Estado Plurinacional y un “boomerang” para los ideólogos del MAS, de cara a reproducir el poder; revelando que la próximas elecciones generales estarán teñidas de “interculturalidad”, mejor dicho de “mestizaje”.Damnificados resultaron también aquellos financiadores del peligroso experimento, quienes pretendían conocer hasta qué extremo puede actuar el tenaz y arraigado resentimiento del exacerbado componente indígena, en un país que pretende transitar a un régimen “socialista comunitario”; especialmente aquellos europeos que en los inicios del gobierno, observaban extasiados la teatralización telúrico-ancestral que el gobierno del MAS les había montado, especialmente diseñada para ingenuos.