Epidemia silenciosa

Carlos Dabdoub Arrien*CDA¿Sabía usted que al menos una persona muere cada dos días en Santa Cruz por accidentes viales y casi 3.000 quedan heridas? Ni el dengue o la gripe, ni la fiebre amarilla o el mismo sida matan tanto como el trauma vehicular. Por cierto, vivimos una epidemia silenciosa que cruza nuestras calles y carreteras. Por ser este un drama de carácter mundial, la OMS ha llamado la atención de los gobernantes para promover iniciativas que aumenten la seguridad vial y prevengan accidentes de tráfico. Las tasas de mortalidad más altas se registran en países de ingresos bajos y medianos, con una media de 27 casos por cada 100.000 habitantes. Para nuestra ciudad, esto representaría más de 400 defunciones anuales. Otro dato: si el parque automotor de Santa Cruz es de casi 380.000 y calculamos una media de tres personas que transitan en cada vehículo, quiere decir que más de un millón de personas por día están expuestas a un traumatismo por cualquier accidente.Las principales causas son la excesiva velocidad, el desuso del cinturón o del casco de seguridad, la falta de señalización y, sobre todo, la imprevisión del conductor, sea por embriaguez o por hablar por teléfono; esto último tiene el mismo riesgo que conducir con una tasa de alcoholemia de 1,0 g/l. La muerte de un peatón guarda relación directa con la velocidad del impacto; se llega a una mortalidad del 100% cuando uno conduce a 60 km/h o más. En cambio, el uso protector del casco o del cinturón disminuye la posibilidad de muerte en un 50%.La forma de encarar este asunto no es solo con leyes o normas; se necesita de la participación institucional, de los medios de comunicación y de la propia ciudadanía. En 1997, aprovechando la visita del profesor James Ausman, creamos un primer equipo de trabajo en Santa Cruz, que visitó muchos colegios, promoviendo la prevención de los accidentes de tránsito entre los jóvenes.Esta vez, el padre Mateo Bautista y la Fundación Ayuda de Damas Argentinas no han quedado indiferentes ante esta epidemia silenciosa. En el marco de la III Semana Cruceña de Responsabilidad Social, del 1 al 7 de septiembre, están organizando una campaña de concienciación en educación vial bajo el lema Camino seguro, conduzco seguro. Dicha iniciativa debe ser apoyada por todos. No hay que olvidar que en todo momento cualquier persona, sea conductor o peatón, puede ser víctima de una imprudencia que la lleve a la muerte o que le deje secuelas neurológicas graves para el resto de su vida. El bien es de todos. Creemos conciencia de ello.*Médico y exlíder cívicoEl Deber – Santa Cruz