Figueiredo jura como Canciller de Brasil tras renuncia de Patriota por caso Pinto

Luiz Alberto Figueiredo es un hábil negociador internacional, experto en temas de desarrollo y medio ambiente y con una larga carrera diplomática. Fue embajador ante la ONU.

Figueiredo jura como Canciller de Brasil tras renuncia de Patriota por caso Pinto

Opinión digital

EFE.- Luiz Alberto Figueiredo fue designado hoy como nuevo canciller brasileño tras la dimisión de Antonio Patriota por la huida del senador  Roger Pinto a Brasil gracias a la complicidad de diplomáticos brasileños.



Figueiredo fue el negociador del país para la Conferencia Río+20, un cargo que le valió la confianza de la presidenta Dilma Rousseff, anfitriona de ese evento que en 2012 congregó a decenas de jefes de Estado.

Tras la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sustentable, que se celebró en Río de Janeiro en junio del año pasado, Figueiredo fue designado por Rousseff como representante del país ante la ONU, un cargo que ahora heredará el dimisionario Antonio Patriota.

Figueiredo, de 59 años y nacido en Río de Janeiro, está en el servicio exterior desde 1980, es abogado y diplomático de carrera.

Su primer cargo en el exterior lo ocupó en 1986 y precisamente fue en la misión de Brasil ante la ONU, en la que se desempeñó como segundo secretario.

Ocupó diversos puestos en las embajadas de Chile, Canadá, Estados Unidos y Francia, pero ha dedicado los últimos veinte años a los asuntos medioambientales, en los que es considerado un especialista.

Desde la década de 1990, ha sido el portavoz de Brasil para las cuestiones de cambio climático en todos los foros globales.

Ese conocimiento y experiencia llevaron a su nombramiento como negociador jefe de Brasil de cara a la Conferencia Río+20, que ha sido el mayor evento internacional organizado en el país en la última década.

Asumirá ahora la vacante dejada por Antonio Patriota, el primer canciller brasileño que dimite desde 2001 y quien dejó su cargo presionado por el conflicto generado por la turbulenta fuga del senador boliviano Roger Pinto, que agrió las relaciones con Bolivia.

Pinto, un enconado opositor del Gobierno de Evo Morales, estaba alojado en la embajada brasileña en La Paz desde el 28 de mayo de 2012, alegaba ser perseguido por su activismo opositor y diez días después recibió de Brasil el estatus de asilado político.

Sin embargo, La Paz nunca emitió el salvoconducto que necesitaba para abandonar su país, del que salió finalmente rumbo a Brasil el pasado fin de semana, gracias a la complicidad de diplomáticos y parlamentarios brasileños.

Esa complicidad, al parecer, fue lo que llevó a la dimisión de Patriota, cuyo despacho admitió que no sabía que se estaba tramando la fuga.

Ese será el primer gran desafío para Figueiredo, un "canciller ecológico", como lo calificó un comentarista local, pero que ahora deberá lidiar con un serio incidente político con un país vecino, en el que Brasil tiene fuertes intereses económicos.

La primera oportunidad que Figueiredo tendrá para comenzar a resolver el conflicto con Bolivia puede ser la Cumbre de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), que se celebrará el próximo viernes en Paramaribo y a la que se prevé la asistencia de Rousseff y, posiblemente, de Evo Morales.

Según dijeron a Efe fuentes oficiales, "seguramente" el nuevo canciller acompañará a Rousseff en su viaje a Surinam.

Pero Figueiredo también deberá atender otros frentes de conflicto con Estados Unidos, debidos a las denuncias de espionaje hechas por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos Edward Snowden.

Esas denuncias causaron un enorme malestar en Brasil y una fuerte reacción del Gobierno de Dilma Rousseff, que pidió "explicaciones" a la Casa Blanca, donde la mandataria será recibida en octubre próximo por su homólogo Barack Obama.

Las repercusiones de las denuncias de Snowden también causaron problemas aún no solucionados con el Reino Unido, tras la retención en Londres del brasileño David Miranda, novio del periodista Glenn Greenwald, del diario británico The Guardian, que reside en Río de Janeiro y recibió miles de documentos del exanalista de la NSA.

El perfil de Luiz Alberto Figueiredo, nuevo canciller de Brasil

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Infobae

AFP.- El nuevo canciller de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, ex embajador ante la ONU, es un hábil negociador internacional, experto en temas de desarrollo y medio ambiente y con una larga carrera diplomática.

Figueiredo, de 58 años, ex negociador jefe de la conferencia de la ONU para el desarrollo sustentable Río+20, que se celebró en Río de Janeiro el año pasado, reemplazará a Antonio Patriota, de 59 años.

Patriota, que renunció este lunes a su cargo tras una crisis con Bolivia por la fuga de un senador opositor, es un hombre menudo, discreto, disciplinado y poco proclive a dar declaraciones explosivas a la prensa.

La presidente Dilma Rousseff anunció el lunes que aceptó la renuncia de Patriota tras la fuga este fin de semana de un senador opositor boliviano que estuvo 15 meses refugiado en la embajada brasileña en La Paz, en un coche diplomático brasileño, escoltado por militares brasileños, y sin autorización de Bolivia.

Según el diario O Globo, Rousseff recién se enteró de la fuga del senador, que tiene asilo político en Brasil, cuando éste llegó al país.

La presidencia indicó que Patriota ocupará a su vez el puesto de Figueiredo, como nuevo embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. El diplomático es un férreo defensor de la reforma del Consejo de Seguridad de ese organismo, y busca que Brasil consiga un escaño permanente en él.

Figueiredo, que debe llegar a Brasil este martes, se estrenará en su nuevo cargo el próximo viernes, durante la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en Paramaribo, Surinam. La semana próxima viajará al G-20 en Rusia.

Figueiredo es reconocido por haberse dedicado durante las últimas dos décadas para defender la posición de Brasil en conferencias internacionales sobre medio ambiente y desarrollo.

Nacido en Río de Janeiro el 17 de julio de 1955, abogado y diplomático de carrera, ha trabajado en Chile, Canadá, los Estados Unidos y Francia, entre otros países.

Patriota había asumido su cargo de canciller hace poco más de dos años, al inicio del gobierno de Rousseff, en reemplazo del carismático canciller Celso Amorim, que fue la cara de la diplomacia brasileña durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y formuló las grandes estrategias para dar al país más peso en el escenario internacional.

Como canciller, Patriota pareció encargarse más de seguir los grandes lineamientos diplomáticos del gobierno que de formular nuevas estrategias audaces, como hizo su predecesor, actual ministro de Defensa.