La salud en Santa Cruz agoniza

Alejandro Brown I.*brownEnfermarse en Santa Cruz es tan desesperante como renovar una cédula de identidad en el Segip. A los males que aquejan a los pacientes de escasos recursos que acuden a los hospitales públicos, éstos deben soportar la burocracia, el mal estado de ánimo de los funcionarios de salud, y las incontables carencias de equipamiento e infraestructura en los nosocomios.Los trabajadores salubristas, que son presa del pésimo sistema médico en el país, paulatinamente deciden parar o hacer huelga cuando la soga les ‘aprieta el cuello’, ya sea por los descuentos o los sueldos. Sin embargo, diariamente vemos la realidad de nuestra salud reflejada en los medios de comunicación, con hospitales públicos rebalsados, enfermos abandonados en camillas, personas clamando ayuda a la población, y lo más grave es que nadie hace algo para mejorar el sistema de salud y dar calidad hospitalaria a gente necesitada.Todos los ciudadanos saben que quien no tiene dinero, no es atendido en los hospitales manejados por el Estado, donde no hay ni siquiera una aspirina para los dolientes. Lo mismo sucede en la Caja Nacional de Salud, donde los pacientes agonizan en los pasillos por total y absoluta dejadez del Gobierno de Evo Morales, que no atiende a la población enferma.Como ser atendido o internarse en una clínica privada cuesta un ojo de la cara, la camisa y hasta la casa, los grandes hospitales públicos y de la seguridad social concentran la mayor demanda de consultas externas, hospitalización y de emergencias, pero tienen insuficiente infraestructura, pocas camas, escaso equipamiento y faltan ítems para enfermeras, auxiliares y administrativos, y estos cada vez serán menos por la jubilación o deserción, por los bajos sueldos que perciben por el arduo trabajo que realizan.Siendo realista, la crisis en el sistema de salud tiende a agravarse por la falta de políticas y proyectos que beneficien al sector. Lo que pasa es que el Gobierno está dedicado a hacer campaña, proselitismo y politiquería, dejando de lado los verdaderos males que afectan a la ciudadanía.Es más, Bolivia es el país que menos invierte en Latinoamérica en la salud de sus ciudadanos, según datos del Banco Mundial y de Organización Mundial para la Salud. De qué le sirve al Gobierno del MAS abanderarse con el seguro de salud gratuito para niños pequeños, madres en lactancia y ancianos, si la atención es pésima y no destina recursos para paliar las necesidades de los hospitales.El Banco Mundial dio la alerta. Puso como ejemplo a Costa Rica, que es el país de América Latina en donde sus habitantes gozan de más atención médica, ya que destina un 10,9% en relación al Producto Interno Bruto (PIB). Le sigue Nicaragua, que destina un 9,1% y es el segundo país de la región y el tercero en Latinoamérica (detrás de Cuba) en cuanto a inversión en salud. En tercer lugar se ubica Panamá donde se invierte 8,1%.Le sigue Colombia, con 7,6%. Después están Guatemala y El Salvador, que invierten en este rubro un 6,9%. Honduras destina un 6,8%. Por otro lado está Brasil, que invierte en materia de salud un 6,2%, sin embargo, por la envergadura de los recursos del gigante sudamericano y las políticas de distribución de recursos hacia la salud, es uno de los países, junto a Chile, donde la medicina repunta, con tecnología y salud gratuita.En la otra cara de la medalla, Bolivia es la nación latinoamericana que menos asigna a atención médica y resulta ser a nivel mundial el que menos de su PIB dedica a salud con 1,8%, junto a Qatar.En este análisis que realizaron La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), evidenciamos claramente cuál es el problema real de nuestro sistema de salud, que tiene agonizando a la población o peregrinando por ayuda. Si no fuera por instituciones como Davosan, Kolping, Servir o Avisa, -ONGs que brindan ayuda con recursos del exterior o donativos- la situación de miles de pacientes fuera más crítica de lo que es.Lo cierto es que, según la misma Organización Mundial de la Salud, la recesión económica mundial probablemente acabará afectando al gasto sanitario y social, en especial en los países en desarrollo. Por eso el Gobierno del MAS decide no gastar en salud, en equipamiento o ítems, y prefiere hacer un camino, colgar un spot o realizar una costosa cumbre, porque los réditos políticos son mejores, olvidándose del ser humano necesitado.La planificación en salud se fundamenta en las probabilidades, contingencias o riesgos a los que el ciudadano se halla expuesto y que el Estado debe afrontar a través de sus subsectores: público, seguridad social y entidades privadas de salud, consolidando las instituciones y procurando mayor participación social.Los planes, los conflictos y los enfrentamientos obsesivos deben dejarse de lado, más aún cuando la salud boliviana sigue afrontando complejidades tan nuestras como las grandes epidemias que diezman a la población y su frágil estructura sanitaria, que solo con mayor rigor se activan cuando aparecen aquellas y alcanzan dominio público.El hacinamiento en las salas de Emergencias se debe al fracaso del modelo de atención sustentado en hospitales de tercer nivel, descuidando el rol primario que deben cumplir la asistencia o de tránsito en los centros médicos de primer nivel de atención.A la crisis se suma el inexistente acceso a los fármacos en los hospitales, y a los mismos exámenes y estudios.Para dar un breve ejemplo, en el Hospital San Juan de Dios, un paciente con posible embolia o politraumatismo craneoencefálico debe realizarse la tomografía en los centros privados que están frente al nosocomio. Esto significa que el enfermo debe ser sacado del hospital, y trasladado a la calle de enfrente, siendo que su estado es grave y el costo económico es elevado. ¿Acaso está bien esto? ¿Será que en algún otro país del mundo sacan a un paciente de un hospital de primerísimo nivel para hacerle una tomografía en otro lado? ¿O será que alguna nación deja olvidados a los enfermos en camillas, como sucede en la CNS?Si bien en el marco de la salud universal debe valorarse la vigencia del Seguro Universal Materno Infantil y el bono madre-niño Juana Azurduy, es de lamentar el riesgo evidente de desaparición del Seguro de Salud para el Adulto Mayor.Lo cierto es que Bolivia debe afrontar el desafío de superar su terrible modelo procurando garantizar mayor satisfacción a las necesidades de salud de los ciudadanos, caso contrario seguiremos sumergidos en los conflictos que no hacen otra cosa que profundizar la crisis de la salud en Bolivia, y lo que es peor, nos pasamos de cumbre en cumbre analizando el tema siendo que la solución es tan simple que cualquiera la puede ver: el Gobierno debe destinar más recursos a la salud y garantizar el bienestar de la población enferma.Con esto, es un hecho que los profesionales médicos se sentirán más seguros, con equipamiento, ítems de auxiliares e infraestructura, y podrán brindar la atención que merecen y necesita la ciudadanía.*Perseguido político