Libre para elegir

Silvia Mercado*SilviaMercadoEn ocasión de los 101 años del nacimiento de Milton Friedman, el pasado 31 de julio, se llevó a cabo una serie de acontecimientos por todo el mundo y con particular entusiasmo en América Latina. Es loable la organización y los esfuerzos de muchas organizaciones y personas que dedican tiempo y energía a la celebración anual en homenaje al Profesor Friedman. La importancia de esta conmemoración va más allá del personaje, se trata de una distinción a las ideas y a aquello que nos legó el Premio Nobel de Economía: la posibilidad de abrir la mente y de ser en función de nuestras decisiones.Los debates alrededor del papel que jugó Friedman -para el bien de las actuales generaciones- no solo cobran vigencia, sino que también se diversifican. Generalmente, se refiere a su obra para interpretar políticas macroeconómicas: se validan sus aportes fundamentales sobre el monetarismo como sistema para el control de la inflación, se le pondera el descubrimiento de que el consumo depende en mayor medida del ingreso permanente que del ingreso transitorio; así como se distingue y se replica su posición contraria a la intervención estatal; sin embargo, además de todo el marco teórico que hoy nutre a los argumentos del libre mercado, las reflexiones de Friedman sobre la liberalización de la marihuana también se hacen presentes hoy, tiempos en que ciertos países latinoamericanos consideran esta opción para combatir el narcotráfico y la corrupción.Es así que para sus seguidores, y también para sus detractores, la noticia es que Friedman vive. Su pensamiento circula y se instala en espacios en los que la misma academia ha negado lugar a las ideas liberales. Es sorprendente ver cómo jóvenes estudiantes de economía -adoctrinados al keynesianismo como única perspectiva- reciben y descubren las ideas de Friedman como un alivio a su propia lógica. Es un gusto escuchar la reivindicación del laissez-faire, la defensa de las libertades individuales y del mercado como el irrebatible motor de la prosperidad.Es como si el eco de las palabras de Friedman estuviera llegando con mayor fuerza y potente significado. Tan solo a un clic en Youtube podemos ver todos capítulos de Free to Choose, programa de televisión y luego libro de Milton Friedman en coautoría con su esposa Rose, también economista; diez episodios en los que se narra, se explica y se demuestran las virtudes del capitalismo como el único sistema ético que prioriza la libertad de acción de cada uno de los individuos. Y, precisamente, la necesidad de libertad ya se lee en los grafitis callejeros, cabalmente en los países donde se nos ha restringido, coartado, la posibilidad de ser. Allá, donde los ciudadanos pasamos a ser entes presos de políticas fiscales asfixiantes y, lo que es peor, volumen funcional a las reglas del autoritarismo, donde nuestros destinos están planificados por Estados que nos empujan al fracaso, es allí donde ser libre para elegir, se nos traduce en una premisa, en una máxima que nos toca hacer cumplir. *Coordinadora para la Red Liberal de América Latina (RELIAL). Fundación Friedrich Naumann para la Libertad