Nadal, directo hacia el número uno

Sólo en 2005, el año de su explosión definitiva, Rafa Nadal lo hizo tan bien como lo está haciendo ahora. Por entonces, un tenista asilvestrado que vestía pantalones piratas y camisetas sin mangas advertía al personal del nacimiento de una estrella, campeón de once torneos. En este 2013 de pasión, el balear suma nueve trofeos, cinco de ellos Masters 1.000 (Indian Wells, Madrid, Roma, Montreal y Cincinnati) y un Grand Slam (Roland Garros).

En América se curtió después de algo más de siete meses de lesión (Sao Paulo y Acapulco) y también levantó el Godó en Barcelona. Una tormenta de alegrías para amontonar 9.010 puntos en la carrera de campeones y la posibilidad real de recuperar el número uno en el US Open, que se disputa a partir del próximo lunes 26. Nadal va directo hacia el trono de Novak Djokovic.

La empresa es complicada, durísimo el desafío en Nueva York. Nadal debería ganar en Flushing Meadows y esperar que el serbio, desdibujado en las últimas semanas, no llegue a la final, ronda que alcanzó en 2012 y en la que salió derrotado por Andy Murray. O, más difícil todavía, hacer final y que Djokovic caiga en octavos o antes.



«Ganar dos torneos consecutivos en pista dura, dos Masters 1.000, jugar al nivel al que lo he hecho y en un año problemático por la lesión en la rodilla supone vivir momentos emocionantes. Además de un título importante esto significa lograr muchos puntos y me da un margen importante. Hay un objetivo de estar ahí, es posible y voy a intentarlo hasta el final», dijo Nadal a pie de pista en TVE, emocionado y consciente de lo que ha costado llegar hasta aquí.

El mejor con diferencia

Su año, con los números en la mano, es animal. Son nueve títulos. Son cinco Masters 1.000 para llegar hasta los 26. Son 15 victorias consecutivas en pista rápida. Son once finales en doce torneos, únicamente frenado en Wimbledon antes de lo previsto. Son 53 victorias por sólo tres derrotas. Son números de líder, el mejor del año y con mucha diferencia.

Esos 9.010 puntos que tiene quedan lejísimos de los 6.770 de Novak Djokovic, de los 5.430 de Andy Murray, de los 4.540 de David Ferrer o de los 2.875 de Roger Federer, que pasa a ser siete del mundo en la confirmación de su eclipse. Garantizada su presencia en la Copa de Maestros de Londres, Nadal se propone volver a mandar.

Es un esfuerzo titánico, pero lo que más sorprende es que Rafa Nadal alcanza esa cifra descomunal sin participar ni en el Abierto de Australia ni tampoco en el Masters 1.000 de Miami. Y encima quedó eliminado en su estreno de Wimbledon ante el belga Steve Darcis, por lo que apenas sumó.

La exigencia es máxima y sólo así entiende la competición, agotado después de tanta paliza. «Cuando todo va bien uno llega mentalmente cansado y yo lo estoy. Pero el esfuerzo merece la pena. Estoy jugando a un nivel muy alto de tenis y mentalmente me ayuda a jugar con determinación los partidos y me viene muy bien», añadió el campeón.

En su camino hacia la eternidad, ya garantizada a sus 27 años, presume de ser, junto a Djokovic, el único en llevarse cinco Masters 1.000 en la misma temporada (el serbio lo hizo en aquel maravilloso 2011) y con dos por disputarse (Shanghái y París-Bercy). Con cuatro meses por delante, y pese a que en 2005 hizo más, Nadal está en la mejor temporada de su vida.

Fuente: ATB.

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