Palmasola. Historias de los supervivientes del infierno

Niña zafó del infierno gracias a su padre. Otro preso dice que ‘sintió que se quemaba, despertó y vio las llamas’. Dos heridos en estado crítico por salvar vida de sus amigos. Supervivientes retornaron al pabellón de la muerte.

Niña zafó del infierno gracias a su padre

La pequeña sufrió algunas raspaduras, pero está bien

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EL DEBER, Santa Cruz, Bolivia

La pequeña solo sufrió un par de raspaduras en medio de la reyerta. Foto: Berthy Vaca J.

La niña A.S.C.R., de un año y tres meses de edad, se salvó de morir chamuscada en la sangrienta matanza de Chonchocorito el viernes gracias a que su padre, al ver el incendio cobrar fuerza, tuvo el tino de romper un ventanal y entregarla a los policías, que la pusieron a buen recaudo. La pequeña se convirtió ayer en la superviviente más precoz y famosa de Palmasola tomando en cuenta la muerte de 31 personas, entre ellas un niño que murió abrazado de su padre.

La bebé dibujaba una inocente sonrisa cada vez que alguien se acercaba a contemplarla y congratular a su madre por tanta suerte. La muerte erró un par de zarpazos a la pequeña que lucía raspones en la frente, entre la nariz y el ojo izquierdo y en la comisura de la boca.

“Al ver que los (reos) del bloque B quisieron pasarse adelante (bloque A) mi esposo logró quebrar unas ventanas y por ahí la sacó. Luego la entregó a unos policías, que la llevaron al PC 2 (pabellón de mujeres) donde la tuvieron toda la mañana y me la entregaron por la tarde”, explicó María del Rosario, madre de la menor.

¿Qué hacía la niña en el recinto más hostil de Palmasola?

Se sabe que la infante se encontraba desde el jueves con su padre en Chonchocorito. “Estaba desde el jueves adentro, ella es muy apegada a su papá y, como todos los días entramos con las compras, resulta difícil entrar con ella en el caos de las filas. Además no sabíamos lo que iba a suceder”, manifestó la progenitora.

Una caída de cara en medio de la batahola lastimó a la criatura, que está saludable, de acuerdo con un examen médico, dijo la madre 

POBLACIÓN INFANTIL  

Los niños siguen "presos"

La directora de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Rossy Valencia, dijo que en Palmasola hay por los menos 450 menores con sus padres.

A centros del estado

La Defensoría de la Niñez y Adolescencia retiró el viernes a siete niños del recinto carcelario en medio de las acciones de auxilio a los heridos.

Dolor y luto

Un niño de un año y medio, que "cometió" el delito de tener a su padre encarcelado, falleció junto a su progenitor.

La Ley lo permite

Los presos pueden tener a sus hijos menores de seis años en las cárceles del país, con tutela otorgada por un juez.

‘Sintió que se quemaba, despertó y vio las llamas’

Familiares cuentan lo relatado por sobrevivientes de la desgracia.

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Heridos. Hospitales públicos cruceños quedaron al borde del colapso tras los sucesos del viernes. Foto: La Razón

La Razón / La Paz, Santa Cruz

“Sintió que se quemaba, despertó y vio las llamas”, relató el familiar de uno de los sobrevivientes de la tragedia del viernes en el penal de Palmasola, cuando un grupo de agresores dejó escapar gas de garrafas de GLP y provocó una explosión que calcinó a presos del pabellón A.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó de los detalles de lo sucedido el viernes, cuando el conflicto entre presos de dos pabellones de la penitenciaría cruceña desembocó en hechos de violencia que dejaron hasta ayer 31 muertos, entre ellos un menor, y más de 50 heridos por quemaduras y armas punzocortantes.

“Él estaba durmiendo cuando sintió que se quemaba. Se despertó y vio las llamas. Mi hermano saltó del segundo piso para escapar”, informó  Sara G., poco después de escuchar el relato de voz de su hermano Freddy, quien fue internado en un nosocomio público tras lograr huir del siniestro desatado por pugnas de poder.

Los reos del pabellón B, catalogados como de alta peligrosidad, incursionaron la madrugada del viernes al pabellón contiguo, a través de forados que hicieron a la alambrada que los separa; aunque también hay la versión de que todo empezó cuando se abrió el ingreso a los pabellones para las labores de limpieza, explicó.

Hasta el momento ninguna autoridad confirmó si el ataque fue planificado, pero la información oficial da cuenta de que los presos del pabellón B utilizaron el gas licuado de petróleo (GLP) para perpetrar el ataque y armaron grupos para esperar y atacar a quienes huyeran del siniestro. El ministro Romero informó el viernes que incluso el gas de algunas garrafas fue utilizado como lanzallamas.

“Ingresan al pabellón A, expanden el gas de las garrafas y provocan una explosión, y algunos que iban huyendo hacia afuera eran esperados por un grupo del pabellón B para atacarlos”, relató ayer la autoridad a La Razón.

La madre de uno de los reclusos que logró salvar la vida y que prefirió el anonimato refirió que su hijo vio cómo quemaban a sus compañeros. “Él me contó que se despertó cuando sintió el olor a humo o a gas. Cuando se levantó, las garrafas estaban todas abiertas. Vio cómo tres personas utilizaban una garrafa para quemar a la gente”, señaló en las puertas de uno de los hospitales.

Delitos. Entre los identificados como responsables de lo sucedido se encuentran Pedro Luis B., alias el Sindi, sentenciado por secuestro, atraco y violación; Luis Alberto T., condenado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto por robo y asesinato de dos policías, y Roberto Carlos G.F., acusado de planificar el asesinato de cinco presos en 2006 por disputas de poder. 

Romero aseguró que la Policía intervino inmediatamente se dieron los hechos y que en 50 minutos tomó el control respectivo. Negó la posibilidad de que se hubiera utilizado una bomba molotov, ya que —dijo— “es lógico que el gas, en un ambiente cerrado, se acumula y explota, y tiene una onda expansiva de alto poder”.

La Fiscalía inició las investigaciones y convocará al gobernador de la cárcel, coronel Guido Parada.

‘Cabecillas de Chonchocorito me pidieron 200 dólares’

Jaime M.

Hermano de un reo

“El domingo lo he visto por última vez, ahora no sé si está vivo o muerto, no hay nadie que me pueda informar. El   día que estalló la desgracia mi hermano estaba en el bote, castigado, ruego a Dios que el fuego no le haya alcanzado.  En la última visita ya me había comentado sobre la rivalidad que existe entre los bloques A y B, lo económico era el punto de conflicto. Lo que sucede es que cuando un preso llega, le cobran de entrada 1.500 bolivianos por seguro de vida. Todo es dinero; hace poco los cabecillas de Chonchocorito me habían pedido 200 dólares para pasarlo del régimen cerrado al abierto; por falta de  dinero no lo hicimos”.

‘Para escapar, saltó del segundo piso; lo golpearon’

Karen A.

Prima de un interno

“Mi primo me contó antes que el tal Sindi (uno de los identificados como responsable de lo sucedido) quería gobernar los pabellones y ellos entraron en la madrugada golpeando las puertas y a ellos también. También tenían armas de fuego y gases lacrimógenos. Cómo eso permite la Policía. Para escapar, mi primo saltó del segundo piso. Lo golpearon y logró escapar. Gracias a Dios sus heridas no son tan graves. Estos criminales peligrosos no deben estar con los demás, deberían estar en otro lado. ¿Para qué está ahí la Policía? Éstos deberían estar en Chonchocoro (La Paz)”.

‘Lo agarraron a machetazos en la pierna y manos’

Carmen

Tía de un detenido

“Mi sobrino se encuentra tres meses en la cárcel de Palmasola. Lo han agarrado a machetazos en la pierna y en las manos. Nosotros no sabíamos los problemas que tenían. Tenemos que ver cómo ayudar a mi sobrino, que ni siquiera se puede parar a causa de las heridas. Ellos (los agresores) les han ‘madrugado’ a las 05.30, rompiendo los candados y después encerrándolos con candados nuevos. Mi sobrino escapó por el techo. Dice que se cuidó su cabeza   y su estómago para que no lo apuñalen, porque estaban esperándolos para atacarlos cuando escapaban”.

‘Hasta ahora no sé (si mi hermano) está vivo o muerto’

Jairo l.

Hermano de un recluso

“El día que ocurrió la tragedia en Palmasola vine buscando información sobre el paradero de mi hermano Germán, recluido hace dos meses; hasta ahora no he logrado mi objetivo. Nadie me da razón sobre la vida de mi hermano; hasta ahora (ayer) no sé si se encuentra vivo o muerto, porque no aparece en la lista de los heridos, tampoco me permitieron ingresar a la morgue del hospital San Juan de Dios para reconocer los cadáveres de los fallecidos. Ya no sé a dónde acudir; la Policía y el Ministerio Público solamente nos piden paciencia”.

Dos heridos en estado crítico por salvar vida de sus amigos

Estaban en el bloque A de Chonchocorito. Tienen heridas de machetes y de fuego. Familiares dicen que hubo demora policial.

EL DEBER, Santa Cruz

Jesús Manuel Ruiloba (23) estiró sus brazos quemados por una de las ventanas diminutas de Chonchocorito y alzó a su hermano Luis Alberto (21) para que viva. Entre gases, palos y piedras que  cortaban el aire y la carne, era la única alternativa. Jesús ahora batalla por su vida en una de las salas de terapia intensiva del hospital Japonés. Tiene quemaduras en cerca del 30% de su cuerpo y heridas en la pierna por los machetazos que recibió al intentar escapar de la emboscada. Así lo narró Tatiana Flores, familiar cercano de los hermanos Ruiloba tras hablar con él en el centro hospitalario.

Fernando M.(17) también optó por ayudar al ver el estado crítico de Brayan Carvajal y de Franz Magallanes, sus amigos, que tenían el rostro quemado por el fuego. “Ellos estaban demasiado mal”, narra. Dice que esperó casi una hora, entre fierros y gases, donde recibió un golpe que lo dejó inconsciente. “En este bloque, todo era referente a la iglesia. Era prohibido drogarse, beber y estaban en proceso de hacerlo un régimen abierto”, contó.

Elizabeth Cholima espera un milagro para que su hijo, Alcides Ruíz (20), recupere el aliento. Dice que cuando sucedió la emboscada, el viernes en la madrugada, Alcides dormía en una parte de las graderías del penal y que, al explotar una garrafa una parte del techo le cayó en la pierna y en el cuerpo.

Según el doctor Abel Durán, jefe de turno del hospital Japonés, Alcides tiene quemaduras de segundo y tercer grado en el 80% del cuerpo y su estado es extremadamente grave.

Elizabeth dice que su hijo puede escucharlo y cada momento ingresan, junto a su esposo, para hablarle y darle aliento. Elizabeth asevera que su hijo ingresó a la cárcel el 3 de julio y que solo faltaba una firma del fiscal para que le dieran medidas sustitutivas. “Los policías nos pidieron que cuidaramos el ingreso de las visitas porque dicen que hay riesgos aquí en el hospital”, aseveró.

La hermana de Antonio R.  (24)  aseguró que la policía demoró en ingresar al bloque donde muchos reos, como su hermano, pedían ayuda. 

imageFoto: La protesta fuera de la cárcel se instaló en horas de la mañana. Empero, los familiares no consiguieron ingresar.

FAMILIARES DE LOS RECLUSOS  

Evangelina Gutiérrez

Hermana del recluso Huber Gutiérrez

Parece que todo fue planificado

“Mi hermano estaba en el PC3, en la parte de abajo. Lo madrugaron y delante de él, según me comentó, venían matando uno a uno. Él escuchó los gritos y huyó por una ventanita. Parece que todo fue planificado. Él está recluido desde hace tres años. Tiene la pierna quebrada y presenta una hemorragia interna. Hemos visto que hay retardación de justicia porque él ya tiene todo para salir libre. Lo han operado de emergencia”.

Karen Farell

Hija del recluso Carlos Farell

Dijo a Dios que le diera fuerzas

“Los del bloque B se estaban entrando al bloque A para matar a los que mandaban y mi papá estaba en su cuarto, escuchó que explotó la garrafa y que comenzó a salir humo, se estaba asfixiando. Se estaba dando por vencido, dice que pensó que iba a morir ahí, por lo que pidió a Dios que le diera fuerzas para salir y se animó a saltar. Ahora necesita sangre. Soy su única hija. Él está hace cinco años en la cárcel y no tiene sentencia”.  

TESTIMONIO  

“La choza que quemaron era la iglesia cristiana”

Fernando M. (17) -herido de palmasola

“Yo estaba durmiendo en el bloque A y escuché que empezaron a gritar. Me levanté, a eso de las 6:00 y escuché que decían ¡batida! y empezaron a tirar palos y piedras. Estaban ya quemando la choza de la iglesia y lo único que hice fue salir por una puerta que abrieron, me escondí en el segundo piso del bloque. Estuve escondido casi dos horas, escuchando los ruidos, luego empezó todo a quemarse y el humo no me dejaba ver casi nada, ya me estaba intoxicando y quemando el cuerpo. Vi una ventana a unos 5 metros de altura, saqué a mis dos amigos de ahí, a Brayan Carvajal y a Franz Magallanes que estaban con la cabeza dañada. Mis brazos ya estaban quemados, luego me lancé y salí por unos fierros doblados por donde ellos entraron, sentí una piedra en la cabeza y  de ahí no recuerdo más nada. He estado en la cárcel desde hace cuatro meses por una denuncia de venta de droga a menores de edad. No conocía de las disputas de poder que había en el penal. Lo que hacía era ir a una iglesia cristiana, la choza que quemaron era en la iglesia. Yo la vi ardiendo.

El bloque A es muy diferente. Ahí había disciplina, no se podía molestar a las visitas, se dormía a una hora y se cumplía con la limpieza. Era prohibido robar, drogarse, prohibido beber, querían hacerlo un régimen abierto. Allá es prohibido acercarse a una persona y charlar en grupo porque ya lo ven como una amenaza y lo que hacía yo era ir a una iglesia cristiana. Todo era relativo a la iglesia, la hermana Moña nos ayudaba. Recibíamos el apoyo de la gente, era menos peligroso. Íbamos a la iglesia tres veces al día. La comida de todos los días era arroz con lenteja, con frejol, sopa de maní o sopas de choclo con huesos

La identificación de los muertos demorará unas dos semanas

Una delegación de la Defensoría del Pueblo visitó Palmasola y verificó la situación de los heridos

Hernán Cabrera, representante departamental del defensor del pueblo, visitó junto a una delegación, la cárcel de Chonchocorito y constató, según aseveraron desde el área de comunicación, que el incendio de la madrugada del viernes fue en el pabellón “A” de Chonchocorito y que todas las pertenencias de los internos fueron quemadas y destruidas. En este pabellón se encontraban aproximadamente 250 internos, de los cuales existen más de 60 heridos, y 30 fallecidos. La delegación defensora constató además que alrededor 22 heridos son atendidos en el coliseo de Palmasola, quienes se encuentran con heridas leves. Las visitas a la cárcel han sido suspendidas momentáneamente, según informó Cabrera. Dijo además que, luego de visitar la morgue del hospital San Juan de Dios y conversar con el médico Aldo Flores, el proceso de identificación de los fallecidos demorará una o dos semanas, debido a que casi todos se encuentran totalmente calcinados.  Los especialistas procederán a realizar la prueba de ADN por lo cual “pidió paciencia”

Supervivientes retornaron al pabellón de la muerte

Armaron tres carpas e improvisaron alares para retomar su vida. Se prohibieron las visitas, solo ingresan alimentos, dijo un oficial.

image Los reclusos volvieron ayer al bloque semidestruido por las llamas. Se sabe que los internos del bloque B se encuentran aislados en sus respectivas celdas. Foto: Clovis de la Jaille y Rolando Villegas

EL DEBER.- Un día después de la tragedia en la cárcel de Palmasola, que hasta el momento se ha cobrado la vida de 31 personas y causó más de medio centenar de heridos, los supervivientes fueron internados en el ‘recinto de la muerte’ porque no hay otro lugar adecuado donde permanezcan bajo seguridad.

En una vista aérea de Chonchocorito se pudo observar ayer que la administración del penal armó tres carpas de campaña para cobijar a una parte de los reclusos que lograron zafar de la brutal agresión. Mientras que otros acomodaron sus trapos en los alares sanos del bloque A y algunos solo arrimaron tejas Duralit en las paredes para refugiarse del mal tiempo.

No hay otro espacio

“Los supervivientes y los heridos leves volvieron al bloque A, porque no hay dónde meterlos. Asimismo, los internos del bloque B siguen en sus celdas”, manifestó Guido Parada, gobernador de Palmasola.

Visitas prohibidas

Cientos de personas se aglomeraron ayer en el portón principal del recinto carcelario, con la esperanza de ingresar a ver a los suyos. Sin embargo, les informaron que las visitas fueron suspendidas hasta nuevo aviso.

“Solo dejamos ingresar alimentos. En realidad todo está normal excepto las visitas. Mañana se analizará si se deja entrar a familiares de los pabellones donde no hay problemas”, explicó Parada.

Empero, Victoria Moya reveló que su hijo y otros reos del bloque B se encuentran aislados en sus celdas supuestamente sin alimentos desde el viernes negro.

“A mi hijo lo tienen aislado en el bloque. Estoy aquí afuera con su colcha, su ropa, pero no me dejan entrar. Sé que están encerrados en sus celdas sin ropa, sin comida, sin nada siendo que necesitan atención médica, porque hay heridos leves. Pedimos a Derechos Humanos que vea por ellos. Son seres humanos, no son animales”, clamó la mujer.

Lista de sospechosos

Guido Parada informó de que su administración entregó a la Fiscalía una nómina de unos 20 reos implicados en la masacre para la respectiva investigación. El Ministerio Público se abocará a tomar declaraciones a los involucrados y a autoridades para determinar responsabilidades.