Policías corruptos, cómplices de sangre y dinero en las cárceles

Mauricio Airamauricio_aira2.JPG1_1Los presos sin los policías no tendrían poder. Si de verdad un solo jefe policial lo quisiera, podría poner coto al abuso, a toda la corruptela que liga estrechamente a los delincuentes de dentro con la Policía de afuera. Si hay un «seguro de vida» para proteger a los presos recién internados en las cárceles por 500 dólares… 200 pasan a las manos de los policías.El dinero se mueve de mano en mano. Los llamados «líderes o representantes» de los mafiosos de dentro «pactan con los jefes policiales» que se enriquecen de la noche a la mañana con el dinero de las víctimas que, si no lo tienen, piden a sus esposas, a sus hijos, a sus padres que lo consigan a como dé lugar, en ello va «su vida y su seguridad». Esto no lo inventa el cronista, está en las declaraciones de Jacob Ostreicher al periodista Emilio Martínez, está en libros como «El Choco», escritos por reos extranjeros que relatan con pelos y señales los casos de extorsión a manos de los «líderes», que son los cómplices directos de los policías de diversos mandos, según el monto, de soldados rasos, de sargentos y suboficiales, de subtenientes, capitanes y coroneles. Nadie se libra de la red de corrupción.¿Que Romero quiere cambiar? Releve a todos, sin que quede uno solo. Mándelos a otra parte y libere a las cárceles del personal corrupto. Verá cómo funciona, hasta que la corruptela empiece a cundir de nuevo con consignas e instrucciones desde fuera. El autor Markus Lutteman describe cada sección de San Pedro, desde Alamos, Cancha, Chonchocorito (también hay en Santa Cruz), cocina que por las noches es dormitorio; Guanay, Palmar, Pinos, Posta, Prefectura y San Martín, con cerca de 2.800 detenidos. Una barbaridad, un hacinamiento inconcebible. Y en cualquier momento, si algún ciudadano tiene dudas vamos a dar los detalles de cada extorsión, tarea común de reos protegidos o mejor comandados por los jefes policiales, que se hinchan de dinero, se enriquecen con el sistema de explotación existente.De modo que si Romero quiere, no dudamos de su personal honestidad, es posible y sería de desear que así fuera, pero el «cuerpo policial» está todo podrido. Corrupto. Grangrenado por fuera y por dentro. Ojalá esta lección horrorosa de Palmasola, con más de 30 muertos y 60 heridos, pudiera servir de algo, de un freno a la carrera de corrupción de ese antro de mafia y podredumbre… Y de otras cárceles que también tienen lo suyo.