Una justicia “justa”

Humberto Vacaflor Ganam COWFLOWERAlgo ha progresado la justicia con las reformas aplicadas por este gobierno. Sus fallos llegan ahora en el momento preciso, justo cuando se los necesita. Por el momento, eso sí, cuando los necesita el gobierno.El presidente Evo Morales decidió encarar el entuerto con Brasil haciendo al gobierno de ese país una concesión negociadora que requería el aporte de la justicia boliviana, una oferta que el gobierno de ese país no podría rechazar (El Padrino).Tuvo tanta suerte el presidente que la justicia boliviana produjo el fallo para liberar a los hinchas del Corintians justo en el momento en que él estaba en Río asistiendo a una misa de la Iglesia que él detesta.Así pudo decir que la justicia boliviana cometía errores, por ejemplo detener a once hinchas en lugar de detener sólo a uno, pero que en el caso de Róger Pinto, esa justicia no se equivocaba.Unas semanas antes, la justicia boliviana había producido otro fallo; exactamente en el momento en que el gobierno necesita decir que Pinto tenía un fallo en su contra, entregó el fallo. Justo a tiempo.Aquí hago una concesión al viejo estilo del arte de las columnas. Hesíodo, en el periodo helénico de Grecia, entre los años 1000 y 500 antes de Cristo, decía que los jueces eran unos “devoradores de regalos”, regalos de los poderosos.Ahora, aquí, no se improvisa. Han pasado 3.000 años.Y esto es ahora una cuestión científica. La ciencia de las encuestas interviene en este caso. Los líderes de la oposición tienen tantos procesos abiertos como puntos porcentuales les dan las encuestas de preferencias electorales.Samuel Doria Medina tiene 20 procesos. Y así, en sentido descendente. Juan del Granado tiene siete juicios. Ernesto Suárez tiene seis. Los ausentes tampoco han sido olvidados por la justicia boliviana. Justo cuando se avecinan las elecciones, Mario Cossío tiene seis procesos, pero uno de ellos es el más avanzado.Se podrá decir todo de los jueces bolivianos, pero que entregan sus fallos en el momento oportuno, cuando sus mandantes lo esperan, no se puede negar.Un paso más y se podría esperar que la justicia entregue los fallos cuando el pueblo los necesite. Será cuestión de que aprendan quién es el verdadero soberano.