BMW i8, la visión alemana del coche del futuro

BMW-i8-650-001La semana pasada arrancó el Salón del automóvil de Frankfurt, una de las ferias del automóvil más importantes del mundo, y entre otros cochazos de vértigo hay uno que os queremos destacar, por su diseño futurista, por su tecnología, y por no ser un simple prototipo, sino un coche que ya ha pasado a producción y que se empezará a comercializar el próximo año: el BMW i8.

El BMW i8 es un deportivo híbrido enchufable, que no ha cambiado mucho del prototipo en el que se basa, el BMW i8 concept. ¿Es el único deportivo híbrido enchufable del momento? No, no lo es, de hecho estamos viendo cada vez más propuestas de este tipo, que apuntan hacia una tendencia bastante clara de la industria para los próximos años.

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BMW i8, híbrido y enchufable

Muchos ya lo sabréis, pero si no es el caso, o bien queréis profundizar más sobre el tema, podéis pasaros por el artículo del año pasado en el que os contábamos todo sobre la tecnología híbrida.

En pocas palabras un coche híbrido es un automóvil que combina dos o más motores alimentados por diferentes energías. Lo habitual es que al hablar de híbrido nos refiramos a un híbrido eléctrico, que combina un motor de combustión interna, gasolina o diésel, y un motor eléctrico que se asocia a un pequeño paquete de baterías que se recargan con el propio funcionamiento del coche, con energía que sobra o que se desperdiciaría (con la frenada regenerativa, por ejemplo).

Y cuando hablamos de enchufable (podéis encontrarlo en inglés como plug-in), de nuevo de manera muy resumida, estamos hablando de un coche híbrido en el que el paquete de baterías es más grande, se puede enchufar a la red eléctrica para recargarlas, y tiene bastante más autonomía en modo exclusivamente eléctrico que el híbrido “normal”.

La finalidad de la hibridación es reducir consumo y emisiones con respecto al mismo coche con motor térmico de prestaciones similares. En general un híbrido puede reducir el consumo del orden de un 30% a un 35%.

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El “truco” está en que al tener la ayuda del motor eléctrico, el motor de gasolina (o diésel) puede ser más pequeño, porque a su potencia se suma la del eléctrico, y si es más pequeño consume menos .Este concepto se denomina en la industria del automóvil downsizing.

Y además como el motor de gasolina no está solo, habrá momentos que se apague mediante un sistema stop-start, dejando de consumir gasolina, y el coche se moverá solo con el motor eléctrico.

No voy a descubriros nada si os digo que durante unos 15 años este asunto de los coches híbridos ha estado dominado por las marcas japonesas, con Toyota a la cabeza. ¿Todavía alguien no conoce el Toyota Prius, el híbrido que revolucionó todo?.

Sin embargo en los últimos pocos años las marcas alemanas, que habían apostado más por los motores diésel, además de otras marcas, que conste, parece que se han apuntado también a esto de la hibridación y lo eléctrico. Porque oye, si Toyota ha vendido ya más de 5,5 millones de coches híbridos en el mundo, es que el negocio debe de funcionar.

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El futuro es consumir lo menos posible

Basta ya de despilfarrar energía. No nos sobra, ni se regala (no, lo siento, ni siquiera el sol es gratis ya, una instalación de paneles solares fotovoltaicos cuesta su dinero, y encima ahora, al menos en España, nos ponen un impuesto al autoconsumo).

Así que un coche que quiera mirar al futuro tiene que ser lo más eficiente posible e intentar consumir lo menos posible. Un coche híbrido enchufable como el BMW i8 sigue consumiendo gasolina, pero con el truco que os he explicado antes resulta que tenemos una potencia total combinada de 362 CV (266 kW) y un consumo combinado de tan solo 2,5 l/100 km, en ciclo de homologación europeo NED, y unas emisiones de CO₂ de solo 59 g/km.

Ojo, que nadie se lleve a engaño, tantos caballos no consumen realmente tan poco, hay que tener presente que ese consumo se consigue al combinar funcionamiento eléctrico y funcionamiento híbrido, al tener las baterías llenas, y utilizando todo lo posible el motor eléctrico, estando el motor de gasolina parado todo lo que se pueda, y por tanto consumiendo menos.

Cuando las baterías se descarguen “por completo”, el consumo en ese momento será mayor, aunque en todo caso menor que en un coche convencional de potencia similar.

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Con esa potencia, este coche acelera de 0 a 100 km en tan solo 4,5 segundos (vamos, muy rápido). En modo exclusivamente eléctrico tiene una autonomía de 35 km, que permite por ejemplo moverse por ciudad casi toda una jornada sin consumir gasolina y sin generar emisiones. Las baterías se pueden recargar en unas dos o tres horas, a recarga normal (230 V, 16 A o 10 A, respectivamente).

El motor eléctrico está colocado delante y mueve las ruedas delanteras, mientras que el motor de gasolina va colocado detrás y mueve las ruedas traseras. Cuando funcionan los dos a la vez se tiene un coche de tracción a las cuatro ruedas. El cambio de marchas es automático.

Otras cosas que ayudan a consumir menos son un menor peso (entraré en detalle más adelante), una buena aerodinámica, con un coeficiente de resistencia de solo 0,26, y los neumáticos de bajo consumo, que no solo son de baja resistencia a la rodadura, sino también de mayor diámetro y más estrechos.

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Diseño muy sugerente

Los coches entran por la vista. Y desde luego que al ver el BMW i8, sus formas, en algunos momentos caprichosas, sugieren futuro. Fijaos en la carrocería bitono, en las líneas azules en ciertos lugares, y en las puertas de apertura en élitro (o en ala de mariposa).

De manera resumida hay que decir que en el BMW i8 que se va a vender se han cambiado fundamentalmente tres cosas con respecto al prototipo: los faros delanteros, que ya no son láser de serie, sino LED para la luz de marcha diurna, y xenón para la luz de cruce y carretera; las puertas, que ya no son enteras de vidrio, sino unas más tradicionales con la parte inferior opaca; y el salpicadero, que se rediseñó casi por completo, aunque conserva dos pantallas a color.

De manera opcional sí que se pueden montar los faros láser, que consumen todavía menos energía que los faros LED y generan una luz mucho más luminosa y cuyo haz se puede orientar con gran precisión.

Mide 4,69 m de largo, así que no es un coche pequeño, aunque solo tenga dos puertas. Tiene cuatro plazas, aunque las traseras son más pequeñas (2+2 decimos). Ahí tenéis las fotos del coche, comentad con total libertad qué os sugiere el diseño del coche (yo a veces hasta le veo cierto aire Tron).

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Aluminio, fibra de carbono y plástico

El hecho de ser híbrido enchufable, o el aspecto tecnológico y futurista del BMW i8 no solo nos invitan a pensar en futuro. Su construcción se sale de lo normal en un coche de producción, y BMW la ha implantado también en el BMW i3, un monovolumen utilitario eléctrico (que opcionalmente también puede ser eléctrico de autonomía extendida), más pequeño, menos potente y más asequible, aunque igualmente muy BMW (vamos, tiene 170 CV, que no es poco).

En lugar de ser un coche construido con acero, que es lo que se emplea mayoritariamente en los coches actuales, ambos modelos de la gama BMW i se construyen con aluminio, fibra de carbono y plástico.

El bastidor es independiente de la célula del habitáculo y de los paneles de la carrocería.

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El bastidor, o chasis, es de aluminio, y contiene el tren de rodaje, los motores y el paquete de baterías. La caja estructural del habitáculo se acopla encima y está realizada en plásticos reforzados con fibra de carbono. Finalmente los paneles de la carrocería, puertas, aletas, etcétera, son de plástico pintado.

Esta construcción con materiales más ligeros que el acero, tiene como objetivo reducir el peso del coche, importante para su comportamiento dinámico (cuestiones de física e inercias) y sobre todo para reducir el consumo de energía, ya que cuanta menos masa, menos consumo. No comprometen ni la rigidez ni la resistencia y seguridad del coche.

Hasta ahora la fabricación de coches con fibra de carbono solía ser un proceso bastante artesanal y caro. BMW ha desarrollado un sistema de industrialización para la fabricación de piezas de fibra de carbono en serie, con costes más asumibles.

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¿Analógico? No, digital

Ya no es tan sorprendente o novedoso, pues se está viendo cada vez más, y más que lo vamos a ver. El último aspecto de este coche que sugiere tecnología y futuro son las dos pantallas LCD a color del interior, una que es el propio cuadro de instrumentos, configurable, y otra, de casi 9 pulgadas, en el centro del salpicadero, para cuestiones multimedia.

Las formas y colores del cuadro de instrumentos cambian al cambiar de modo de conducción, según lo seleccione el conductor (sport, confort y eco pro). De manera opcional se puede equipar también un sistema de proyección de información sobre el parabrisas HUD (Head-Up Display).

Se incluye por supuesto el sistema de conectividad multimedia BMW Connected Drive, para el equipo de sonido, navegador GPS, manos libres del teléfono, etcétera, con el nuevo mando de control giratorio en la prolongación de la consola central, cuya superficie es además táctil, y que permite por ejemplo garabatear letras para escribir una dirección.

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En el caso de BMW, y a diferencia de otras marcas, la pantalla central no es táctil y para el climatizador y algunas funciones de la radio se conservan botones físicos. Sobre si la consola táctil en los coches es el futuro, debatimos no hace mucho.

Se incluyen también servicios telemáticos, conexión a internet y acceder a ciertas funciones y datos del coche desde un smartphone con la aplicación propia instalada, como por ejemplo ver el nivel de recarga de las baterías, encender o apagar el climatizador o abrir y cerrar las puertas.

El BMW i8 viene con varias cámaras montadas en lugares estratégicos. Una cámara en el parabrisas reconoce las señales de tráfico de velocidad y prohibido adelantar. Dos cámaras en las esquinas delanteras del coche permiten ver “asomándose”, por ejemplo en un cruce con poca visibilidad o al salir de un garaje, la cámara de marcha atrás ayuda en la maniobra y cuatro cámaras, contando la de marcha atrás, una frontal, y dos en cada uno de los espejos retrovisores, permiten mostrar una imagen de 360º alrededor del coche.

También incluye un sistema de reconocimiento de vehiculos y peatones con frenado automático si el conductor no reacciona a la alerta.

¿Es un coche asequible y para todos este BMW i8? Pues lamento decir que no. Es otro de esos coches de lujo con última tecnología y muchos caballos que hay que pagar. Cuesta más de 120.000 euros. Eso sí, marca una línea de avance y progreso del automóvil (y siempre podremos soñar con él, teniéndolo de fondo de escritorio o de póster sobre la cama).

BMW i8 interior 063Fuente: http://www.xataka.com