Dónde estaba Evo

Alejandro Brown I.*ALEBROWN_thumb2“Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta”. Este viejo refrán se aplica perfectamente a la política de Evo Morales en Bolivia. Al menos los hechos históricos así lo demuestran.Extrañamente, cuando han ocurrido los acontecimientos que han cambiado el rumbo del país hacia la izquierda indigenista que impulsa el Movimiento al Socialismo, MAS, el líder cocalero nunca ha estado en Bolivia.Desde que puso su mira en el sillón presidencial a inicios del 2000, convulsionando y bloqueando el país, haciendo tambalear a los gobiernos democráticamente electos y perjudicando la libre transitabilidad del pueblo, hasta el 2003 cuando su ‘golpe social’ logra su cometido en la denominada ‘guerra del gas’ tumbando la administración de Gonzalo Sánchez de Lozada, Evo Morales administró su estrategia basada en su ausencia en los momentos claves y cruciales. Dicho más claro, encendía la mecha y se escondía a la hora del estruendo.Así sucedió durante la masacre de octubre de 2003, ya que el jefe del Movimiento al Socialismo estaba de vacaciones durante los luctuosos hechos de hace 10 años.Mientras el pueblo se desangraba en las calles paceñas y El Alto veía morir a su gente, Evo Morales se encontraba en Libia, visitando al tirano dictador Muamar Gadafi, quien le otorgó un premio mientras Bolivia ardía en llamas.Luego de esto, el líder cocalero muy hábilmente se “adueñó” de la denominada “agenda de octubre” que emergió ese momento como una demanda urgente tras los trágicos acontecimientos.Luego de la ingobernabilidad fabricada por Morales en las sucesiones constitucionales, se apoltronó en el poder en el 2005.Sin embargo, no dejó de lado su maquiavélica estrategia de ‘tirar la piedra y esconder la mano’, pues eso pasó en los luctuosos hechos de La Calancha, en noviembre de 2007, cuando Sucre se convirtió en escenario de una violenta protesta contra la Asamblea Constituyente contra la CPE del MAS y para reivindicar por la capitalidad plena para Sucre. El conflicto dejó un saldo tres muertos y 300 heridos.Pero dónde estaba Evo Morales en esta ocasión, luego de haber prendido el fosforín con su rodillo sin dos tercios en la Asamblea, y sus SS (sectores sociales) en apronte. Aquel 24 de noviembre el Jefe de Estado estaba de gira por EEUU y luego tenía que trasladarse a Ecuador, para la posesión de su compañero de ideología, Rafael Correa.Mientras tanto, en Bolivia su ministro de Gobierno, Alfredo Rada, y los altos jefes policiales recibieron la orden de usar desproporcionadamente la fuerza pública, que llenó de luto a la capital de la República. Han pasado seis años, y hasta hoy no existen culpables encarcelados por estos hechos sanguinarios.Ya con la constitución del MAS aprobada y las regiones opositoras de pie protestando contra el totalitarismo, dos años más tarde de las muertes en La Calancha, Evo Morales emprende un nuevo viaje, esta vez rumbo a Venezuela, donde es afectuosamente recibido por su ‘jefe’, como Morales llamaba a Hugo Chávez, y quien lo consideraba su ‘indio querido’.Sin embargo, este nuevo viaje demostró una vez más que Evo nunca está cuando las papas queman. El 16 de abril del 2009, un grupo de efectivos de la Unidad Táctica de Resoluciones de Crisis (Utarc) llega a Santa Cruz y mata a tres personas en el hotel Las Américas. Posteriormente se enmaraña un caso de supuesto terrorismo que tenía el único fin de perseguir, encarcelar y desmembrar a la oposición. Desde Cunamá, Venezuela, y flanqueado por Hugo Chávez, Morales no supo dar detalles de esta operación, limitándose a decir que se preparaba un magnicidio en su contra.Hoy, cuatro años y medio después, el hombre considerado testigo clave en este caso, Ignacio Villa Vargas, reveló que escuchó “que por órdenes del presidente Evo Morales iban a detener a Rózsa y coincidentemente el presidente viaja por un llamado de su homólogo de Venezuela. Deja la orden para que se proceda a la detención de Rózsa, pero el vicepresidente cambia la orden por ejecución”.Nuevamente dos años más tarde, en septiembre del 2011, cuando los indígenas que le habían dado el sillón presidencial protestaban en su contra por la construcción ilegal de una carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), y ejercían su derecho constitucional de marchar, el presidente del Estado Plurinacional deja el Palacio Quemado y se escabulla a Oruro.En ese ínterin, las fuerzas del orden comandadas por Sacha Llorenti, intervienen violentamente contra la marcha, arremetiendo contra la humanidad de hombres, mujeres y niños que circulaban pacíficamente pidiendo que no se destruya el pulmón ecológico de Bolivia.La dura represión humilló al pueblo indígena y vulneró sus derechos humanos, y si no hubiera sido por la presencia de los medios de comunicación que evidenciaron los hechos, las fuerzas armadas de Evo Morales hubieran realizado extremos peores a las torturas que sometieron a los vivientes del TIPNIS, amarrándolos con cintas masquin en las manos, pies, ojos y boca, y trasladándolos a otros lugares para hacerlos desaparecer.El presidente Evo Morales recién hace unos días se refirió a las torturas que sufrieron los indígenas, obligado a responder un cuestionario del Ministerio Público.Y qué iba a decir, lo lógico, como no estaba donde debería, manifestó que se enteró de la represión en Chaparina un día después.»Ninguna acción de intervención o represión fue dispuesta el 25 de septiembre de 2011 por mi autoridad y desconozco quién dio la orden”, dijo.Otro aspecto que destaca y causa extrañeza en la declaración del presidente Morales es su desconocimiento al desplazamiento de aviones hasta la pista de Rurrenabaque. Dijo que fue informado al día siguiente de la represión en Chaparina, pero que ordenó «proteger la vida y la integridad física de los ciudadanos movilizados”. Sin embargo, la persona que comandó el operativo contra los indígenas, fue premiada con el cargo de embajador de Bolivia ante la ONU.Ahora, desde esa misma ONU donde estamos representados por Sacha Llorenti, se aboga para que en el país no se vuelva a registrar un periodo tan conflictivo como la ‘guerra del gas’, y otros que han enlutado a la población. La ONU tildó a los hechos como dolorosos y recomendó al actual gobierno precautelar los derechos de la población.Esperemos que esa recomendación sea bien recibida por Evo Morales y aprenda a respetar la vida, soberanía y disentimiento de los bolivianos.No olvidemos que somos descendientes de los Avas, que significa «Hombres Libres».Por ello «Siempre libres cruceños seamos»…*Perseguido político