La metamorfosis del hombre que cambió Vuitton

marcjobsTras 16 años, Marc Jacobs anunciaba esta semana su salida de Louis Vuitton, al parecer para concentrarse en la salida a bolsa de su firma. Durante estos tres lustros, el diseñador ha reinventado la casa maletera francesa -convirtiendo la marca en la más rentable del número uno mundial del lujo, LVMH-, pero también se ha reinventado a sí mismo.

Cuando llegó a Vuitton en 1997, Jacobs era un joven diseñador (tenía entonces 34 años) algo desaliñado, con gafas y un pelo grasiento que sugería que no había olvidado el grunge que lo hizo popular (fue el primero en subir esta estética a las pasarelas en 1992, justo antes de que Perry Ellis le despidiese por la osadía).

Pero, mientras su carrera en Vuitton iba triunfando, Jacobs iba ganando kilos y volviéndose más inseguro, al tiempo que tenía que luchar con sus problemas con el alcohol. En 2007, el mismo año de su segundo ingreso en rehabilitación (ya había estado en 1999), cambió radicalmente su físico: fuera gafas, pelo largo y kilos de más (10, exactamente); bienvenidos los músculos, los tatuajes y las orejas perforadas (por diamantes de Harry Winston, eso sí).



U169094Si en el campo de la moda había sido siempre sumamente precoz -a los 24 años, recién salido de Parsons, se convirtió en el diseñador más joven en recibir el premio del CFDA al nuevo talento de moda; a los 31 debutó con su primer desfile ‘pret a porter’ de la firma Marc Jacobs y, sólo unos años después, fue uno de los primeros diseñadores estadounidenses que se instaló en París-, en lo personal Jacobs no alcanzó hasta la cuarentena el aspecto que, según confesaba al New York Times, él deseaba.

"Durante 20 años, ni siquiera me miraba en el espejo. Estaba paralizado por mi aspecto. Las gafas grandes, el pelo largo y grasiento, las ropas grandes, el jersey de profesor de matemáticas: todo eso no estaba organizado porque me gustase cómo quedaba", aseguraba el propio diseñador al diario neoyorquino en 2007, en un reportaje sobre su sorprendente cambio de aspecto.

Su metamorfosis coincidió además con un cambio radical en sus colecciones, más osadas a medida que el diseñador se convertía en un adonis musculado. Y con el nuevo (y atractivo) Jacobs, llegaba también una retahíla de novios con pasados llamativos, comoJason Preston (antiguo chapero y actor porno) o Harry Louis(otra estrella porno), actualmente novio intermitente.

Con Lorenzo Martone -de profesión, diseñador de bicicletas- estuvo a punto de casarse y era habitual verlos prodigándose en arrumacos en las playas de San Bartolomé.

Y, mientras se transformaba en cuerpo de gimnasio, Jacobs se convirtió también en ‘carne de tabloide’, pues a la famosa ‘Page Six’ del ‘New York Post’ no le gustó nada que el diseñador decidiese confirmar su paso por rehabilitación al WWD -biblia profesional del mundo de la moda- y no al tabloide.

Desde entonces, sus fiestas, sus amigas y musas (con Kate Moss y Sofia coppola a la cabeza), sus vacaciones y su extravagante vida han sido objeto codiciado para los paparazzi, del mismo modo que sus tiendas de la neoyorquina Bleecker Street y alrededores son la meca de los incondicionales del diseñador.

Fuente: www.mundo.es