“La sombra de Evo” y el narcotráfico

EVOCUTIPALuis Cutipa, el director general de la coca recientemente apresado por cobros ilegales y por desviar nada menos que 45.000 toneladas de la “hoja milenaria” fuera de los mercados legales (probablemente al narcotráfico) no es cualquier personaje dentro del entramado gubernamental.Hablamos de quien fuera vicepresidente en la federación de sindicatos cocaleros que aún preside Evo Morales. Es la misma persona que también fue suplente del ahora primer mandatario cuando éste se desempeñó como diputado.Se trata, por lo tanto, de “la sombra de Evo”, una “mano derecha” estrechamente ligada al gobernante cocalero.Que una figura tan cercana al presidente resulte acusada del desvío de grandes cantidades de coca, presumiblemente hacia el narcotráfico, es un síntoma más en un largo rosario de indicios que apuntan a vínculos entre el régimen evista y esa actividad ilícita.Recordemos, someramente, los casos del narco-general René Sanabria, director de inteligencia del Ministerio de Gobierno pillado “con las manos en la masa” cuando negociaba un mega-embarque de cocaína hacia EEUU; al “narco-amauta” que coronó a Evo en Tiahuanaco, igualmente descubierto por la policía chilena; a las hermanas Terán, dirigentes cocaleras cercanas al presidente; al ex zar anticorrupción Fabricio Ormachea, sindicado por medios de prensa de ser el contacto del cártel de Sinaloa en Bolivia; a las denuncias de la revista brasileña Veja contra el ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, por supuestos lazos con el narco Maximiliano Dorado; o al “narco-cónsul” del MAS, el libanés George Chabic.Y el gobierno se enoja cuando analistas internacionales hablan de “narco-Estado”…[email protected]