Así fue como Nokia le ganó el 2013 a BlackBerry

Nokia y BlackBerry (y Windows Phone y BlackBerry 10, por tanto) empezaron el año 2013 con recorridos parejos: el reto de reinventarse y demostrar que podían volver al éxito. El resultado, muy desigual.

Elop Nokia

Una de las frases que escuché más de una vez hace ahora justo un año fue «2013 será el año de BlackBerry». Yo no tenía tan claro que fuera a ser su año, pero ciertamente sí tenía esperanza de que la llegada de BlackBerry 10 supusiese el resurgir de una marca que no supo adaptarse al mercado y lo pagó caro. En mi opinión, demasiado caro. Me gusta estar de parte del pequeño, y BlackBerry se había quedado bien pequeñita como para no ilusionarme por verle crecer de nuevo. Mientras tanto, Windows Phone, que ya llevaba un tiempo de carrera tras su reinvención, hacía su camino de la mano de Nokia, un fabricante que había llegado a una senda similar a la de BlackBerry: gigante que cae rendido a un mercado para el que no estaba preparado. Y que se queda enano.



Clark Kent

Ahora todo se ve distinto, no sólo por la perspectiva que da el tiempo, sino por lo que ha ido ocurriendo durante este año 2013 que ya está a punto de acabar. En primer lugar, Nokia. Así, en negritas. Empezó 2012 con un catálogo limitado, donde lo más potable era un Lumia 920 demasiado grueso para la opinión general y el gran error de hacer trampa durante su presentación. En febrero empezó la revolución, con el mejor gama baja del año, el Lumia 520 (con el permiso del Moto G) y el mejor gama media del año, el Lumia 720. Durante los meses siguientes, Nokia se dedicó a pisar el acelerador: Lumia 925, Lumia 1020, Lumia 625, Lumia 1320, Lumia 1520… Y es que desde que se quitó las gafas de Clark Kent, Nokia ya es superhéroe a tiempo completo. Sus smartphones convencen y han vuelto a mirar de cara a la competencia, por alta que sea.

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Su otro talón de Aquiles, la carencia de un buen ecosistema de aplicaciones. Volvemos atrás: a principios de 2012 tenía carencias de mucho peso (y no sólo Instagram), y estas carencias eran un buen problema. Es verdad que los problemas con Spotify son menos, pero eso no significa que sean pocos: Instagram, Pocket, Vine, cualquiera relacionada con Google, Flickr, Dropbox, Flipboard, o incluso que el propio Spotify sirviera para algo: lo que usé a principios de año rozaba lo inusable. Y sobre todo, un problema de profundidad. Navegar Windows Phone Store adentro era decepcionante. Incomparable a navegar por App Store o Play Store (aunque esto sigue bastante vigente).

Nokia y BlackBerry - Nokia y BlackBerry - Nokia y BlackBerry - Nokia y BlackBerryFelizmente, este talón de Aquiles se ha resuelto en un grado más que aceptable: Instagram ha llegado, aunque el otro Clark Kent a quien Microsoft y Nokia deberían rendir tributo es Rudy Huyn, quien desarrolló la maravillosa 6tag, y de paso también 6sec, su propia versión de Vine. Al margen han llegado Flipboard, la oficial de Vine, o alternativas como Pouch para Pocket, Pixlr para Flickr, FileBox para Dropbox. También novedades de última hora como Waze.

Los dos ejes ganadores: ecosistema mejorado e identidad propia. Es fácil distinguir cualquier Lumia de la competencia, Nokia ha sabido tener un carácter inconfundible con el resto, así como características aspiracionales para la mayoría de los consumidores, empezando por unas cámaras inigualadas.

De estrella a estrellado

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En el otro lado, BlackBerry, que empezó 2013 como RIM y un mes después ya era BlackBerry a todos los efectos. Cinco días antes de aquel 30 de enero clave, les deseé toda la suerte del mundo en su nueva andadura. Con estas palabras acababa mi deseo:

Por fin, tras tomarse mucho tiempo en afinar su sistema, BlackBerry 10 toma el testigo. Quedan cinco días para que empiece su nuevo camino. Suerte.

Casi un año después, BlackBerry continúa con un ecosistema de aplicaciones reducidísimo. Poder convertir aplicaciones de Android 4.1 (y ahora 4.2) no es suficiente: muchas grandes desarrolladores ni se han molestado, y pedirle al usuario que siga pasos técnicos para instalar una simple aplicación de Android le hace irse automáticamente a otra plataforma. Salvo los muy fans de BlackBerry, claro. Pero confiar en que nadie extrañe aplicaciones porque puede pasarlas por el conversor y esperar que todo funcione bien, y olvide que con un tap consigue todo eso y más en iOS o Android, es casi un suicidio. Mientras todo esto ocurría, esto es lo que sucedía con las ventas de Nokia Lumia y de BlackBerry (y la continuación de esa gráfica es peor según las variaciones de cuota de Latinoamérica y de España):

Ventas de Nokia Lumia BlackBerry

Fuente: The Verge – Elaboración propia

Por otro lado, su único factor diferenciador es que cuenta con modelos con teclado físico, y muy poco más. Ni las mejores pantallas, ni las mejores cámaras, ni la mejor autonomía (aunque la del Z30 es muy buena, le sobrepasa la del G2), ni el mejor diseño industrial, ni el mejor ecosistema. La suma de todo tampoco lleva a nada llamativo, como sí le ocurre al Galaxy S4 por ejemplo: sus componentes apenas destacan en ningún aspecto, pero todos sumados dejan un smartphone imposible de dejar fuera del Top del año. No es llamativo para el público joven, no lo es para el adulto, y está a punto incluso de perder su gran bestión: la administración pública. Las opiniones son rebatibles, los números a día de hoy no.

Deseé suerte a BlackBerry, intenté obviar todo lo que pude las carencias de aplicaciones y subsistir con las más básicas, y confié en que lo que vendría después sí traería algo rompedor frente a la durísima competencia. Un año después, no ha sido así, aunque donde sí ha demostrado ser fuerte es en los servicios de software, con un BBM multiplataforma que yo desde luego me animé a instalar desde el minuto 1. En cualquier caso, quizás va siendo hora de preguntarse si no es momento de aceptar que la BlackBerry de nuestros sueños no ha vuelto ni ha dado señales de ella. Si no es momento de que BlackBerry se someta a su propia ley.

Fuente: celularis.com