El 82% de población trabajadora no puede organizar sindicatos

Son trabajadores que prestan sus servicios en las MyPe de Bolivia. La Población Económicamente Activa asciende a 6 millones de personas; el 70% tiene un empleo precario y no goza de los beneficios laborales.

El 82% de la población no puede organizar sindicatos

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Archivo Página Siete. Microempresarios en un taller de El Alto.



Página Siete / La Paz

El 82% de la población trabajadora en el país está vinculado a las micro y pequeñas empresas (MyPe), en las que no hay sindicatos, lo cual empeora sus condiciones laborales, afirma el director de LABOR, Rodolfo Eróstegui.

Según el experto,  la tarea de las organizaciones sindicales es importante, porque cuando ellas intervienen en una negociación laboral, los obreros obtienen más beneficios en los contratos.

"El 82% de la población está generalmente  vinculado a  las MyPe, en las cuales no hay sindicatos. Estos trabajadores ya no razonarían su vinculación en función de lo que establece la ley”,  asegura.

Uno de los aspectos fundamentales para que mejore la calidad del empleo en el país, señala el exministro de Trabajo Luis Fernández Fagalde, es que se acate el Decreto Supremo 28699, que sanciona "de manera absolutamente contundente el intento de imponerle al trabajador un contrato civil y no uno laboral”.

Según el ministro de Trabajo, Daniel Santalla, la Población Económicamente Activa (PEA)  del país está compuesta por seis millones de personas, de las que el 70%, es decir, más de cuatro millones, tiene un empleo precario.

La fragilidad  del empleo está relacionada con la falta de oportunidades, remuneración insuficiente e inestabilidad de las condiciones de trabajo, como su temporalidad, ausencia de protección social y jornadas laborales  prolongadas.

Otro indicador es el desempleo abierto, que es la proporción de la fuerza de trabajo no utilizada. Son personas de la población en edad de trabajar que no encontraron un empleo asalariado o por su cuenta de por lo menos una hora a la semana o   que están disponibles, dispuestas a aceptar un empleo y que realizaron la búsqueda de trabajo o intentaron ejercer alguna ocupación por su cuenta.

También está el subempleo, que se produce cuando una persona no está ocupada plenamente. Puede darse  cuando el obrero está sobrecualificado,  si  la remuneración no es suficiente para el trabajo que desempeña o  por insuficiencia de horas,  cuando una persona trabaja menos horas en  la jornada.

Los hombres y mujeres de la PEA y que trabajan 27 horas a la semana, como por ejemplo los  no calificados, según el INE, en realidad están subempleados.

La ley establece que la jornada laboral es de ocho horas diarias, 48 horas a la semana para el varón y 40 horas para la mujer. Por lo tanto, hay un deterioro de las condiciones laborales.

El empleo digno frente al precario

Empleo. Del empleo precario al digno hay un largo camino por recorrer. La actual Constitución establece el empleo digno como la reivindicación del  sector laboral,  con  salario justo, estabilidad laboral y reconocimiento de todos los derechos sociales.

Precariedad. Lo que rige hoy es el empleo "posible”, que según el exministro de Trabajo Luis Fernández, surge en la economía liberal a contramano "de la libertad de empleo”, que suponía la capacidad de escoger el trabajo para el cual uno es más apto.