El dúo de la semana

Karen Arauz

karen-arauz Aunque la tentación de incursionar en el mundo de la farándula es llamativa por momentos, hay que tener ciertas habilidades y acceso a información reservada sólo a los que están en "la pomada". Por ejemplo, hace poco, el famoso actor español Antonio Banderas, demostrando que la belleza está muchas veces reñida con la inteligencia, ha recomendado al mundo seguir la política económica de Hugo Chávez en Venezuela. Que haga nomás películas de El Zorro, donde se lo ve churro, rápido y avispado.

La farándula -normalmente- se ve liviana, divertida y no acarrea mayores angustias existenciales. Pero no es en ese ámbito en el que hoy observamos la formación de una dupla. Ni siquiera en el mundo rosa del sentimentalismo y el romanticismo. No es una pareja movida por el amor, al menos no como lo conocemos.



La formación de una pareja puede, perfectamente, no tener nada que ver con el corazón ni la atracción. Basta con que dos se alíen para, en conjunto hacer causa común sobre todo cuando están obligados a dar la cara en un tema espinoso y muy complicado de exponer. Se percibe que han charlado mucho, que han recibido instrucciones en conjunto y que han uniformado algo aproximado a lo que vendría a ser su pensamiento. Porque que hay asuntos que necesitan de fuerza conjunta, hay que hacer esfuerzos extraordinarios los que a veces, dejan pasar por alto detalles que afectan al fondo de la cuestión.

El reposado y añejo informe sobre la coca, ha merecido una venia no muy creíble de la UE en las últimas horas, pero como bien manda el libro gordo de la diplomacia de la burocracia mejor pagada y turística cinco estrellas del mundo, las sonrisas y apretones de mano, ocultan el verdadero pensamiento. La dupla formada por Marcos Ayala el responsable público de la confección del estudio que en realdad son doce para establecer los resultados (?) del uno que se supone es integral con su facilidad de palabra y la sui géneris ministra Dávila, han producido una propaganda gubernamental para consumo europeo, que parece ha rendido sus frutos. Es probable que además, algo se haya perdido en la traducción lo que hace las cosas bastante más fáciles.

La Ministra Dávila, con ese aire disperso característico de ella, ha recurrido a su muletilla preferida: "la oposición está desvirtuando los resultados del estudio porque quiere enfrentar a los bolivianos", lo que traducido significa que es la oposición la que quiere que se saquen los ojos entre yungueños y chapareños. La costumbre de esquivarle el cuerpo a la jeringa, se ha vuelto una manía tan enraizada, que si en algún momento dijeran la verdad, al venir de ellos se vuelve dudosa. Los cocaleros de los Yungas, tienen una desventaja comparativa grande con sus hermanos del Chapare. Tienen apenas un Senador medio díscolo, cuando los otros tienen a todo un Presidente del Estado que los representa.

Lo más llamativo de semejante extendido y concienzudo estudio, "inédito a nivel mundial" es que al final, no sabemos lo elemental de como cuántas hectáreas de cultivo existen en los Yungas y cuántas son las del Chapare. Pareciera ser rudimentario. Me he estado preguntando, quien será el compatriota que se acullica la hectárea y media que me corresponde, porque como si no fuera suficiente confusión los datos del último Censo, resulta que somos más de tres millones de bolivianos que acullicamos. Para un matecito de coca, mis quince mil metros de cultivo, cosechados tres veces al año, en un cálculo rápido, alcanzaría para setecientos ochenta mil doscientos veinticuatro tacitas de mate. Quincenalmente.

Los que no saben o no contestan, como los votos blancos y nulos en las elecciones, se suman nomás al índice de consumo. Total, alrededor de un 20% no es para tanto.

Es muy revelador que lo que se considera consumo "tradicional" sólo se refiere a la hojita directa en la boca para hacer el bolo. Ya tomar mate o ponerse un par de hojas en las sienes para el dolor de cabeza, pertenece a otra categoría, que si bien no es tradicional, es consuetudinario. En otras palabras, ni lo uno ni lo otro, y viceversa.

Las falacias y su adecuación a la dialéctica de la realpolitik masista, da para divagaciones. Por ejemplo, como la coca es un producto no exportable, se ha encontrado que el "comercio de frontera" es una licencia idiomática, que no será entendida por los signatarios de los convenios internacionales como exportación en sí. Y es un 40% de la producción, lo que no es nada despreciable. Es que la creatividad de los bolivianos es lo que debería ser nuestra oferta exportable. Y bienaventurados los del norte argentino que además de matear, acullican que es una maravilla. Y los peruanos del sur también, su coca sí que no sirve, así que es otro punto fronterizo para comercializar aunque en los profusos estudios, no se ha podido establecer cuál es el volumen de esa comercialización.

Por los raquíticos dos millones de euros que ha costado, la UE no puede pedir mucho más. Como dijo el bonachón de Churchill, la imaginación consuela a las personas de lo que no pueden ser. El humor las consuela de lo que son.