Lo que esconde el doble aguinaldo

Roberto Ortiz Ortiz*

RORTIZ El presidente Evo Morales, firmó el día 20 de noviembre el Decreto Supremo 1802 el cual indica que se debe pagar un doble aguinaldo a trabajadores del sector público y privado.

Debemos partir por la afirmación económica de que un aguinaldo es un salario, pues es parte del costo que pagamos por el servicio de un trabajador. Por lo tanto podríamos concluir en que el salario es nada más que un precio, igual al precio del arroz, la carne o el del servicio de peluquería. En realidad el nombre salario o aguinaldo solo fue dado para aportes al discurso político.



Hablando ya de precios, este decreto se traduce en un “control de precios” el cual tiene ciertos fines políticos y concluye en problemas económicos.

Empezando por los problemas, el primero recae claramente en el empresario privado –más que todo en el pequeño empresario- pues se verá obligado a pagar un precio más alto por sus trabajadores. Quitándole de esta manera la posibilidad de generar utilidades o reinversiones futuras las cuales crean verdadera riqueza y aumento en la producción nacional.

El segundo problema recae en los mismos trabajadores. Mientras algunos se han beneficiado del alza de precios por su trabajo, otros habrán perdido sus empleos (la ley en Bolivia para el trabajador no se cumple). Nadie cuyo trabajo no sea valorado en el nuevo precio volverá a encontrar empleo puesto que no se puede sobrevalorar en una cantidad determinada el trabajo de un obrero en el mercado laboral solo por el hecho de haber convertido en ilegal su empleo por un menor precio.

El tercer problema recae en el consumidor. Los salarios reales tienen su origen en la producción y no en los decretos y órdenes ministeriales, por lo tanto, este aumento ficticio en la oferta monetaria causara inflación de los precios en todos los productos de la canasta familiar, los cuales perduraran altos por mucho más tiempo que el aguinaldo recibido una sola vez al año. Esto pasa ya que no es posible distribuir más riqueza de la creada, es decir pagarle al conjunto de la mano de obra más de lo que produce.

Los fines del decreto: Es claro que estamos ya en campaña electoral, el gobierno necesita ganar votos y ésta vez se ha financiado con nuestro esfuerzo y dinero para hacerlo, regalando nuestras utilidades y nuestros impuestos para el despilfarro y no así para su reinversión en nuevas empresas.

Es necesario advertir a todos los que se encuentran felices con este doble aguinaldo, que han caído en la trampa del socialismo y de la gente que se deja comprar con dinero ajeno. La mejor y única manera de elevar el precio real del trabajador es incrementando su productividad con acumulación de capital, aumento de tecnología y mayor educación.

*Estudiante de ingeniería comercial