La última locura de Nicolás Maduro: el sucesor de Hugo Chávez en la jefatura del autoritario régimen venezolano ha instruido a la población a empeñarse en la reproducción masiva.
“A parir se ha dicho”, ordenó el mandamás chavista, señalando que “necesitamos una población fuerte” para “ocupar todo el territorio”.
Agregó el folclórico presidente que el gobierno se encargará de proveer todo lo necesario a los hijos nacidos tras esta singular campaña natalista.
Esta nueva ocurrencia viene a sumarse a anteriores dislates, como su afirmación de que Chávez se le apareció bajo la forma de “un pajarito chiquitico”, su frase sobre la “multiplicación de los penes” y las brutalidades sintácticas acerca de “millones y millonas”.
¿El sesgo bufonesco de Maduro es fruto simplemente de sus limitaciones intelectuales o hay una pose estudiada para captar la atención de su lumpen-electorado mediante estos chisporroteos de populismo verbal?
Posiblemente haya algo de ambas cosas. Pero lo cierto es que estos atentados a la lógica y el idioma quedarán en la historia como muestras de una etapa degradada de la democracia venezolana, a la cual el chavismo se ha encargado de transformar en kakistocracia, es decir, el gobierno de los peores…