Algunas consideraciones sobre la (in)seguridad en Santa Cruz

Christian A. Aramayo Arce

christianaramayo Los efectos económicos de la injusticia y la inseguridad ciudadana son enormes y no creo tener que compartir las demostraciones que la ciencia económica nos pueda ofrecer. Al respecto sólo afirmaré que los mercados tienden a fallar en cuanto no existe confianza entre los individuos (agentes), que esa confianza se da a partir del cumplimiento de acuerdos (contratos) y ese (in)cumplimiento es el determinante histórico a la hora de hablar de economías desarrolladas y no desarrolladas.

El pasado 16 de enero el Vice-Ministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, informó que durante la gestión 2013 se registraron 18,680 denuncias de robos, atracos y hurtos (RAH’s) en Bolivia, de los cuales 7,893 fueron de Santa Cruz. Cabe señalar que en las notas de prensa se menciona que hubieron 20,354 delitos denunciados en Santa Cruz.



Ahora emplearemos la aritmética simple para sacar unos indicadores:

En promedio, cada día del 2013 se denunciaron 56 delitos en Santa Cruz, de los cuales 21 fueron robos, atracos y hurtos. Como en Bolivia hubo un promedio de 51 denuncias de RAH’s podemos concluir que el 42.5% de las denuncias que llegaron a la Policía a nivel nacional fueron hechas en Santa Cruz. Es decir, de cada 10 RAH’s denunciados en Bolivia, 4 fueron desde Santa Cruz.

Por otro lado, si asociamos la cantidad poblacional en base a los datos presentados por el CENSO 2012, existieron 2.97 denuncias de RAHs por cada 1000 habitantes a nivel nacional, mientras que en Santa Cruz hubieron 1.86 denuncias presentadas por cada 1000 habitantes.

Con estos resultados podemos considerar algunas reflexiones teóricas importantes:

Según la teoría de las necesidades, basada en la pirámide de Maslow, “si un estado quiere mantener a una población entretenida en los niveles básicos de la pirámide, intentará por todos los medios que nunca queden satisfechas suficientemente esas necesidades fisiológicas o de seguridad, con la intención de que (la población en general) no sienta interés en avanzar hacia las capas superiores de la pirámide”.

En Santa Cruz las autoridades municipales nos logran convencer de una gestión aparentemente exitosa con cambódromo y distintas obras propagandísticas (ningún proyecto formalmente hablando) como formas de distracción ante una necesidad evidente por los datos arrojados por el Vice-Ministro mientras como sociedad prácticamente no nos interesa ni exigimos algo mejor aún.

Vivimos en un país que entra a ser parte de las economías basadas en la eficiencia y un departamento que aspira ser un referente económico internacional; para ello nuestras exigencias en términos de desarrollo no debieran ser las mismas; el uso/despilfarro arbitrario de recursos (que no dejan de ser escasos) no puede continuar pero todavía pareciera que nos satisface la mediocridad, nos enorgullece la incompetencia -municipal- y que nos da gracia los actos de corrupción. No bastó que el propio Gobernador de Santa Cruz haya sido víctima de la delincuencia, ni que haya habido una masacre en el recinto penitenciario de Santa Cruz para que este tema sea prioritario en la agenda pública.

Cabe advertir que existe un número desconocido de personas que no presentaron sus denuncias ante la Policía al momento de ser atracados o sufrir algún hurto, hace unos meses yo fui una de ellas.