En seis años de gestión, ocho DT y solo tres títulos

Miguel Ángel Portugal y Ángel Guillermo Hoyos fueron los técnicos que más tiempo dirigieron a la Academia. Ramiro Blacut empezó en 2008 la larga lista de DT despedidos

Quinteros. El entrenador argentino-boliviano en un partido de 2009. Es uno de los que estuvo al mando del equipo en la era BAISA.

Quinteros. El entrenador argentino-boliviano en un partido de 2009. Es uno de los que estuvo al mando del equipo en la era BAISA. Miguel Carrasco.



En seis años de la “nueva era” bolivarista, con Marcelo Claure y Guido Loayza al mando, los entrenadores han pasado “raudamente” —unos más que otros— por el club celeste sin lograr continuidad en el cargo que, al contrario, se ha vuelto inestable, a tal punto que ocho técnicos titulares —incluido el español Miguel Ángel Portugal— ya fueron echados.

Lo máximo que ha durado un entrenador en la Academia en este periodo ha sido un año y medio, algo que ocurrió con los dos últimos: el argentino Ángel Guillermo Hoyos y Portugal, que dirigieron cada uno tres certámenes y ganaron a un título.

A propósito. Desde 2008 y a pesar de haberse convertido en el club con mayor inversión en su primer plantel —en comparación a los otros ligueros— Bolívar ha ganado tres coronas, la primera de ellas en 2009, cuando el DT era Gustavo Domingo Quinteros.

El asunto llega a la comparación inevitable con lo que ha logrado el otro club “grande” de La Paz, The Strongest, que —en apariencia— con menos condiciones económicas ha obtenido en menos tiempo cuatro títulos, tres de ellos seguidos (el tricampeonato).

La falta de resultados deportivos ha sido gravitante para que Bolívar decidiera cerrar ciclos con los DT, en algunos casos —en la mayoría— abruptamente, sin respetar la vigencia de los contratos. De hecho, Portugal fue despedido a pesar de que su relación estaba firmada hasta junio próximo.

La triste historia para los entrenadores en la Academia comenzó con los apenas dos partidos dirigidos por Ramiro Blacut en 2008, a quien se le había encomendado el primer plantel de manera oficial, aunque luego de su corto paso la dirigencia disfrazó el hecho como si se tratara de un interinato. Así, al comenzar marzo de ese año ya había aterrizado en el aeropuerto de El Alto —recibido por Loayza— el argentino Jorge Habegger, en su enésimo retorno al país, pero esta vez su gestión en

Bolívar no fue tan exitosa como anteriores, y terminó marchándose ocho meses después. Tampoco duró el colombiano Juan José Peláez, que vino en noviembre de ese año para tratar de salvar la situación; sin embargo, después de seis partidos, en los que no pudo hacer gran cosa, el experimento llegó a su punto final.

El club tuvo el acierto para 2009 de contratar al exitoso Gustavo Domingo Quinteros, que comenzó su andadura en febrero de ese año, y no lo hizo mal, pues con él Bolívar consiguió el primer título de la “era Bolívar-BAISA SRL”; sin embargo, alguna posición asumida por el DT no fue del agrado de Claure, que terminó rompiendo otro contrato sin siquiera esperar que se agotara el año.

En noviembre de 2009 apareció el segundo colombiano, Santiago Escobar, pero siete meses después los resultados le pasaron la ya “tradicional” factura para marcharse sin ninguna gloria.

Vladimir Soria, el técnico subcampeón de la Copa Sudamericana cuando dirigía a Bolívar, fue interino durante un partido en junio de 2010, mientras llegaba a tomar la posta el argentino Néstor Clausen, que duró un semestre.

Tomando en cuenta a todos los anteriores, Ángel Guillermo Hoyos —también argentino— terminó siendo el que más duró en el cargo y el que cumplió su contrato de año y medio, pero ya no hubo renovación para él. Empezó en enero de 2011 y se fue en junio de 2012, con un solo título.

La historia —en cuanto al tiempo de duración en el cargo— acaba de repetirse con Portugal, que entró en junio de 2012, no ganó nada en el primer certamen que dirigió, fue campeón en el primer semestre de 2013 y en el segundo vio cómo la corona se le escapaba de las manos, lo que terminó siendo su tumba al cabo también de 18 meses.

Para Apaza es un error echar a Portugal

Jaime Ayllón

El técnico Sergio Apaza opinó que “desde lo deportivo es un error” la salida de Miguel Ángel Portugal de la dirección técnica de Bolívar. “Respeto la decisión, no soy quién para decir qué es lo que tiene que hacer una institución”, aclaró, pero explicó que “más allá de que Portugal lo hubiera hecho bien o mal, cualquier técnico que venga, independientemente de que sea el mejor o el peor del mundo, tiene que empezar de cero. Y empezar de cero faltando 45 días para el inicio de la Copa Libertadores de América es una ventaja total” para los adversarios.

Desde su punto de vista, quien venga tendrá “un discurso diferente, el trabajo será diferente, algunos (jugadores) tardarán en recibir el mensaje, otros lo recibirán más temprano” y peor cuando “se dice que el equipo necesita mínimamente cuatro o cinco meses para asimilar el mensaje”.

Por ejemplo, Gerardo Martino “está seis meses en el Barcelona y hace poco decía ‘recién los estoy conociendo a los jugadores, tengo que terminar de conocerlos’, entonces ésto es así”. Admitió que los errores cometidos por el Director Técnico pudieron haber generado una presión en los dirigentes para tomar la decisión de alejarlo.

“Por ello, Marcelo Claure opta por lo más cómodo, entiendo que es así; o sea, la presión de diferentes estamentos, es normal; pero si hace unos domingos salía campeón habrían dado la vuelta olímpica y no habría esta situación”.

Lamentó que en el fútbol en general, no solo en Bolivia, no se respeten los procesos ni se priorice nada de lo que considera es fundamental. “El resultado, y no debería ser así, ahora es más importante que el camino a seguir, y yo creo que Bolívar estaba por buen camino”.

Portugal “es un técnico serio, lo mismo que Eduardo Villegas. Cambiar a Villegas sería trágico. Ahora Bolívar está cambiando todo, aunque muchos dirán que son los mismos jugadores, pero no es así, es completamente diferente porque el técnico que viene va a imponer su forma de trabajar, de concentrar, de expresarse, de armar todo; entonces, es una pena que los resultados pasen a ser lo más importante”.

Fuente: La Razón