Bolivia ‘fabrica’ ya sus propios billetes falsos

El año pasado, el BCB se incautó de Bs 9.334.460 falsos, el 45% más que 2012. Delincuentes son capacitados por peruanos para falsificar la moneda.

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Billetes falsos Foto: Eduardo Schwartzberg, Archivo La Razón.



LA RAZÓN

La mañana del viernes 20 de diciembre de 2013, una banda de seis falsificadores paceños fue aprehendida en Bermejo, a 208 kilómetros de Tarija. La red tenía en sus manos $us 6.000 y Bs 2.400, y ahora está tras las rejas. 

La organización criminal solo es la punta del ovillo, de una mafia local, que tras aprender de falsificadores peruanos sobre el “arte de la falsificación” —según la Policía— se instaló en el país y ahora ya puede fabricar billetes bolivianos falsos.

“Todos son paceños y presumiblemente elaboraron los billetes en esa ciudad”, cuenta el teniente Rey David Arena, director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) desde Bermejo. Un informe oficial del Banco Central de Bolivia (BCB) identifica a La Paz como el departamento más afectado en 2013 por la falsificación de billetes, con el 57% de incautaciones; Cochabamba y Santa Cruz con el 15%, respectivamente.

Las pistas conducen a El Alto y La Paz. En septiembre del año pasado, la FELCC desarticuló en El Alto una banda de falsificadores que tenía Bs 61.000 listos para introducirlos al mercado nacional. Y si hasta hace unos dos años, la Policía Boliviana apuntaba a delincuentes peruanos como los autores intelectuales y materiales del ilícito, ahora mira dentro del país. “En el último operativo, en El Alto, encontramos billetes de 20, 50, 100 y 200 bolivianos, que han sido ‘manufacturados’ (aunque no puedo hacer apología del delito), pero hechos en esa ciudad. Ahora, tal vez la técnica la hayan traído, pero la habilidad aquí es muy grande”, resume el coronel Gróver Mercado, director nacional de la FELCC.

“Éste es un delito actual que está presente en todos los países del mundo y, ayudados por la tecnología, los delincuentes encuentran cada vez mejores herramientas para falsificar billetes”, afirma el mayor Carlos Oporto, experto en documentología y uno de los 30 especialistas que la Policía Boliviana tiene en el país.

Un informe oficial del BCB da cuenta de que en los últimos cuatro años (2010-2013) se incautaron 139.105 piezas de billetes falsos por un valor global de Bs 27.814.565; 2013, con 46.684 ejemplares y un valor de Bs 9.334.460, fue el año de más decomisos de ese tipo de material a través de los diferentes bancos.

El coronel de Policía en retiro y ahora experto en detección de billetes falsos Alfredo Saavedra recuerda que en 2003, hace 11 años, unas 9.000.000 de unidades falsas circulaban en el país.

¿Y las víctimas? El teniente e investigador de la FELCC Elvis Núñez, señala que en 2012, “entre 300 y 400 personas por semana” eran engañadas con ese tipo de billetes fraguados por los maleantes.

Y si bien las grandes ciudades son un gran mercado, los falsificadores eligen el área rural para introducir la mercancía.

MAFIAS. A fines de 2012, los hermanos Silvano y Veimar Mamani Fernández fueron detenidos por el delito, luego enviados a la cárcel de San Pedro y, finalmente, liberados tras un proceso abreviado.

Durante el primer semestre de 2013, ellos conformaron una organización criminal y con la ayuda de un docente de Diseño Gráfico comenzaron a fabricar billetes falsos. En septiembre, fueron aprehendidos nuevamente junto a su hermana Basilia, la sobrina de ellos, Jhovana Nina, y el chofer Javier Choque.

“Estaban muy bien equipados, tenían papel e incluso los sellos de agua”, describe el titular de la fuerza anticrimen.

Dotados de computadoras, impresoras, guillotinas, moldes, tintas y un vehículo para distribución, los hermanos Mamani produjeron hábilmente el dinero que “tenía una similitud extraordinaria con los reales”, precisa Mercado.

A propósito de imprentas de última tecnología, que eventualmente podrían ser usadas para esta ilegalidad, Núñez, cree que se debería normar o al menos tener información de las personas o grupos que poseen este tipo de sofisticadas máquinas, que en Perú fueron utilizadas en algunos casos para imprimir miles de dólares fraudulentos que luego son exportados a Estados Unidos.

En la actualidad, el diseñador gráfico, que además daba clases en un reconocido instituto de La Paz, todavía sigue prófugo, pero Silvano y Veimar, volvieron a San Pedro. En tanto, Basilia fue enviada al Centro de Orientación Femenina de Obrajes; mientras que Jhovana y Javier están con detención domiciliaria.

La Policía maneja la hipótesis, de que los hermanos Mamani fueron adiestrados por falsificadores internacionales, presumiblemente peruanos. “Yo participé de 18 operativos, en los que todos los que falsificaban eran peruanos”, corrobora el coronel Adolfo Cárdenas, otro experto en la investigación de esos casos, para quien todavía existe una ruta del ilícito que nace en Desaguadero, pasa a Laja, sigue por El Alto para luego entrar a La Paz y desde ahí al interior del país. Según informes del Servicio Secreto de Estados Unidos, Perú destronó en 2013 a Colombia en la producción de esa mercancía adulterada.

Desde Inglaterra y vía skype con la revista Informe La Razón, Jeremy McDermott, exagente y jefe de investigación en Sudamérica de la Fundación Insight Crime (Crimen Organizado en las Américas) con sede en Washington, Estados Unidos, sostiene que en este delito los fabricantes “no los distribuyen ellos, por eso contratan a las ‘mulas humanas’ (personas que distribuirán), para introducirlos en las áreas rurales de Sudamérica”.