Cristina Fernández, “la última populista económicamente iletrada”

Cristina-KirchnerUna nueva publicación internacional pone foco en la situación argentina: el semanario inglés The Economist dedicó la tapa de su última edición a las lecciones de «un siglo de decadencia» argentina y definió a la presidenta Cristina Kirchner como «la última en una sucesión de populistas económicamente iletrados». También dedica parte de su informe central a la situación actual del país, con pronósticos poco halagüeños.La publicación será distribuida hoy a más de 1,5 millones de lectores que tiene la revista, entre quienes se encuentran algunas de las personas más influyentes de los negocios y la política internacionales. Los artículos llegan en momentos en que el país busca nuevas inversiones internacionales y cerrar los frentes abiertos con Repsol y el Club de París para volver a insertarse en los mercados financieros mundiales.El texto central ahonda en las razones que intentan explicar cómo un país que contaba, en 1914, con un ingreso per cápita equivalente al «96% del ingreso de los 16 países más ricos» del planeta, se convirtió en uno que pierde en la comparación con los países vecinos. Afirma que los habitantes de Chile y Uruguay «son hoy más ricos» y «los niños de esos dos países –y también los de Brasil y México– obtienen mejores resultados en las pruebas educativas internacionales».Para explicar la declinación, esta publicación inglesa indica que «tuvo mala suerte». Pero, afirma, la mala fortuna no es la única culpable: «La decadencia argentina ha sido en gran medida autoinfligida».The Economist indica también que «nunca intentó agregar valor a sus alimentos» (a modo de ejemplo, critica el asado, al decir que «su cocina aún consiste en quemar la mejor carne del mundo») y acusa a Juan Domingo Perón de haber «protegido industrias ineficientes». En referencia a la gestión actual, apunta: «El proteccionismo de la Argentina ha socavado el Mercosur». Destaca además falencias institucionales como los golpes militares, la falta de respeto a la Corte Suprema y la imposibilidad de consensuar políticas de Estado.Pese al duro diagnóstico, el semanario aclara que aún hay razones para «amar a la Argentina», como el «mejor futbolista del mundo, Lionel Messi». El número 10 de la selección, de espaldas, es la imagen elegida para ilustrar la tapa.Antes de profundizar en las razones de la decadencia, advierte The Economist, «Argentina debe salir del caos» actual. Sobre las últimas medidas económicas dice que «se han subido las tasas», para contener la baja de las reservas, pero «la tasa sigue siendo negativa en términos reales». Además, explica que «la negociación salarial pondrá a prueba cuán serio es el Gobierno en el control del gasto público».Sobre el final, dice que la Presidenta «se esforzará para llegar a la elección de 2015, que, muchos esperan, puede ser un punto de inflexión». Sin embargo, advierte: «La idea de un partido que paga los costos de sus malas políticas parece no aplicarse», porque el «peronismo es un concepto político flexible» que pasa «del liberalismo de Menem en los noventa» a «las políticas redistributivas de los Kirchner».Para The Economist, el «cortoplacismo distingue a la Argentina del resto de países de América latina que también sufrieron quiebres institucionales», como Chile y México. «Se necesitará un político fuera de lo común para que modifique sus instituciones, especialmente si un nuevo viento de cola de commodities reduce las presiones por el cambio», concluye, en referencia al potencial que encierra el yacimiento de Vaca Muerta.La Nación – Buenos Aires