El poncho de Gualberto

Humberto Vacaflor Ganam

VACAFLOR OK Algo está fallando con la coca. Hace presidentes, inventa procesos de cambio, crea cárteles, tantos que ahora tenemos la OEA de los cárteles en Bolivia, pero una OEA completa, con Cuba incluida.

Sin embargo, la coca le ha fallado a Gualberto Cusi, el miembro del Tribunal Constitucional que la usaba para decidir sobre los casos en los que debía dar su fallo, cuando dice que las hojas le son de mucha ayuda.



Y así había llegado a apoyar y firmar un fallo por el que se declara inconstitucional la destitución de autoridades electas. Hasta ahí, la coca se portó bien.

En lo que las hojas de coca que usa Cusi se han mostrado ineptas es en advertirle que el mencionado fallo iba a ser bloqueado por el gobierno de Evo Morales, iba a ser condenado a no salir de las paredes del TCP.

Esta es, como se ve, una especial independencia de poderes. El Tribunal Constitucional puede decidir lo que desee, sin injerencia del poder ejecutivo, pero eso no garantiza, está claro ahora, que sus fallos puedan salir a la luz pública y menos todavía ganar fuerza de cosa juzgada.

Es probable que Cusi haya hecho, en este caso, una mala lectura de las hojas de coca que dejó caer sobre su poncho de jurisconsulto. O que haya usado hojas del Chapare que, como se sabe, no sirven para el acullico y sólo sirven para el pecado.

El poncho de Gualberto, tejido con finos hilos de lana de vicuña, ha sido aludido por un muy molesto presidente Morales a los pocos días de aquel fallo. La opinión pública no sabía nada sobre el origen de esa molestia presidencial.

El presidente dijo que la justicia seguía estando muy, pero muy mal, y que para mejorarla no habían servido ni las polleras ni los ponchos que visten los nuevos jueces desde 2011.

Y algún dirigente del partido de gobierno dijo, reforzando las palabras del presidente (no les queda otra opción) que quizá sea necesario aplicar a los nuevos jueces, esos de polleras y ponchos, el revocatorio.

En este momento, el dilema del TCP es de vida o muerte. Si difunde el mencionado fallo, del cual sólo Cusi ha informado a la opinión pública, se viene el revocatorio. O anularlo.

¿Qué hacer? Ahora sí que está haciendo falta la ayuda de las hojas de coca de don Gualberto Cusi, pero hojas de Yungas.