Habrá diálogo; ‘si no funciona, vendrán acciones duras’

La nueva ministra de Justicia de Bolivia, Sandra Gutiérrez, señala que primero se buscará el diálogo con los magistrados a fin de fijarse metas y plazos para un verdadero cambio en la Justicia; de no haber resultados, se tomarán medidas ‘más duras’.

imageSandra Gutiérrez, ministra de justicia Eduardo Schwartzberg.

La Razón / La Paz



La nueva ministra de Justicia, Sandra Gutiérrez, afirma que quiere evitar hablar de las polémicas de las semanas pasadas y conversar de lo propositivo para transformar la justicia boliviana. En cuanto a la polémica, el 26 de enero cuestionó la elección de los magistrados por voto. “Tenemos que ser autocríticos, a veces nos equivocamos, es una apreciación personal. Pudimos ver que no está funcionando, creo que se debería elegir a los miembros del Consejo de la Magistratura, del Tribunal bajo méritos. Fue un desacierto; sin embargo, vamos a trabajar este tipo de situaciones”. A esto replicó la presidenta aludida, Cristina Mamani, quien exigió “respeto”. En todo caso, la ministra, que aún no cumple un mes en el cargo, prefiere ver hacia adelante.

— No es secreto que las cosas andan mal…

— La imagen de la Justicia nos preocupa. Todos los días nos llegan mínimamente entre cinco y diez reclamos sobre cómo en la administración de justicia se extorsiona a la gente, hay hechos de corrupción y retardación. La problemática no es de ahora, sin embargo, nos vamos a dar la tarea… No podemos permitir que empeore, no podemos dejar que haya corrupción en jueces y fiscales, e incluso en el mismo Consejo de la Magistratura.

— Entonces, ¿cómo salir de la crisis en el Órgano Judicial?

— Estoy convencida de que primero se tiene que ir por el diálogo. Queremos dialogar con ellos (los magistrados). Si no resultan las metas que nos tracemos, ya se tendrá que tomar acciones más duras. Algunos legisladores piden un revocatorio; el presidente (Evo Morales) ha pedido una Cumbre Estado-pueblo, otros piden que se los saque a todos y hacer otra convocatoria. Primero buscaremos diálogo, trazar metas y poner plazos; si no funciona, vendrán acciones duras. No voy a bajar la guardia.

— Eso en cuanto a las cabezas, pero ¿sobre la reingeniería?

— Ya existe un plan estratégico que viene de la gestión de la exministra (Cecilia) Ayllón, no sé por qué no se pudo implementar. En todo caso, tendremos una nueva reunión para reencaminar un plan estratégico y mejorar la justicia, ver cómo podemos elegir a los administradores de justicia, sean vocales jueces o magistrados, que aparte de tener méritos técnicos y más allá de tener una carrera judicial deberán tener ética.

— ¿Qué otros aspectos detienen la reestructuración del sistema?

— Para todo encuentran excusas: que no existe recursos, que hay mucha recarga procesal, la infraestructura, etc. Es decir, pretextos. Cuando sabemos que si se tiene convicción se puede, pero algunos están con otros intereses, sino ¿por qué pagan para entrar? Es pública la denuncia de más de 45 designaciones anuladas porque habían pagado para ser designados. Esos no están entrando a administrar la justicia, sino con otras miras.

— No obstante, analistas sostienen que se debe reformular el presupuesto y también que existe mayor ‘litigiosidad’…

— Efectivamente ha habido un presupuesto adicional para que se creen más ítems y juzgados, según medios de prensa, tanto para el Órgano Judicial como la Fiscalía General, pero estos recursos supuestamente habrían sido utilizados para la compra de vehículos y para personal administrativo y no para lo que estaba destinado. Está en investigación. Si se prueba que se da recursos para una cosa y no se usa del modo planeado, es malversación; sin embargo, siguen pidiendo recursos… Sobre la recarga procesal hay unos juzgados que sí la sufren y otros no. Entonces, se deberá equilibrar.

— Otro cuestionamiento es la inexistencia de la carrera judicial…

— Evidentemente, no hay una carrera judicial y ya debería implementarse. Tengo entendido que ya existe la reglamentación y también se abrió la Escuela de Jueces, que ya hubo antes, pero tampoco creo que ésa sea la solución.

— ¿Por dónde entonces pasa parte de la solución?

— Creo que también pasa por los valores éticos. Quien juzga debe tener valores, sino cómo un delincuente puede juzgar a otro delincuente. Ahora estamos en un proceso de cambio, Bolivia está en la mira internacional, pero en la justicia no. Eso es un reto, es difícil luchar contra la corrupción, y eso pasa además por lo ético.

— Otro cuestionamiento es la microcorrupción…

— Se ve mucho en los servidores que son auxiliares o secretarios que cuando se les pide algo es como si se les estuviera pidiendo un gran favor. Atienden al que da los centavos por debajo. Llamamos a la gente a que denuncie, sin embargo, teme hacerlo. Además, no hay un buen trato a los litigantes y abogados. Hay que tratarlos como a dioses. Esas cosas ya no van en un momento de cambio que también debe ser moral.

— Eso suena etéreo, ¿cómo se puede hacer un cambio ético?

— Creo que debe ir de arriba a abajo, comenzando desde los altos magistrados, jueces, vocales dando el ejemplo a sus subordinados. Los que estamos en cargos públicos no somos dueños del mundo y eso es lo que creen. Los jueces disciplinarios tienen que actuar con mano más dura.