Utop inicia control de inhaladores de clefa

SOCIEDAD | El Sedeges argumenta que no tienen los instrumentos legales para trasladar a los niños y adolescentes, menores de edad, hacia centros de rehabilitación

Los inhaladores de clefa arrestados de manera preventiva por la UTOP. En la parte inferior los botes con clefa que se decomisaron. – José Rocha Los Tiempos

Algunos de los inhaladores de clefa que de día limpian parabrisas en las calles y piden limosna se tornan violentos por las noches al punto de violar a una colegiala entre ocho, robar a los transeúntes y golpear brutalmente a sus parejas.



Se trata de un problema creciente y desatendido por las instituciones del Estado frente al cual el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) argumenta que no cuenta con un instrumento jurídico para que estas personas accedan a sus derechos y abandonen las calles.

El comandante de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), Alberto Antezana, que participó en el operativo para rescatar a la estudiante vejada el miércoles en la estación de trenes por un grupo de inhaladores, manifestó que a pesar de la existencia de un conjunto de organizaciones no gubernamentales que trabajan con esta población, la cantidad de inhaladores ha aumentado y ya se tienen cuatro generaciones de personas en situación de calle.

“En el tema jurídico no se tiene el respaldo para proceder a su detención o arresto. Si veo a jóvenes inhalando clefa, como policía estoy maniatado, porque si hago algo y los arrestamos nos vemos expuestos a reclamos de Derechos Humanos, de las ONG, el Defensor del Pueblo e incluso asociaciones religiosas”, expresó Antezana. A ello se suma que ninguna instancia repara en que los derechos de esta población son vulnerados todos los días, porque no tienen familia, a la vida, ni acceso a la salud y la educación.

La directora del Sedeges, Marlen Surimana, informó que existen tres centros de rehabilitación para esta población, pero el ingreso es voluntario. “Debemos recordar que los inhaladores de clefa que viven en la calle son a la vez personas que tienen sus propios derechos”, dijo.

Hasta hace dos años, existían 486 niños, adolescentes y adultos viviendo en las calles, según un censo de Unicef y el Sedeges. De acuerdo con Antezana, además existen unas 500 personas en condición de indigencia, por lo que, se puede asegurar que hay 1.000 personas que subsisten en las calles de la ciudad de Cochabamba. La directora de Género, Generacional y Familia, Raquel Melgar, explicó que la agresividad es una consecuencia del modo de vida:“La calle es un ambiente hostil y por ello, para sobrevivir los niños y jóvenes tienen que ser también violentos”.

Construcción de un centro

La construcción de un centro de rehabilitación en Capinota, para niños, jóvenes y adolescentes en situación de calle, está paralizada. La  directora del Sedeges informó que el proyecto ya cuenta con un proyecto a diseño final y ahora se gestionan los recursos para su ejecución. El lugar tendrá una capacidad para 300 personas y contará con un espacio para el tratamiento clínico que necesitan, debido a que esta población requiere desintoxicarse.

La UTOP comenzó a realizar ayer operativos de control en los lugares más críticos en los que los adolescentes y jóvenes comenten delitos, hostigan a los transeúntes y protagonizan agresiones con el objetivo de prevenir más hechos de violencia.

Entre los lugares más críticos se han identificado las avenidas 6 de Agosto, América, Aroma; las plazuelas San Sebastián, Villarroel, Quintanilla, San Antonio; y los puentes Cobija, Antezana, Huayna Kapac, Cala Cala. Además, de la zona de La Cancha, la final Ayacucho, el cerro San Miguel, la terminal y la laguna Alalay. Los controles de la Policía serán permanentes y tienen carácter preventivo.

El jefe de la UTOP considera que es necesario evaluar el trabajo que cumplen las ONG, que en algunos casos fomentan la presencia de niños en las calles al proveerles de alimento, lavanderías, hospedaje y hasta peluqueros.

Fuente: lostiempos.com