Racismo cocalero

YUQUIS Las bases sociales que componen el “núcleo duro” del actual régimen gobernante, los cocaleros del Chapare, acaban de emitir una resolución que desmiente radicalmente el marketing indigenista esgrimido por la administración de Evo Morales.

Durante una asamblea realizada en Chimoré, los cultivadores de coca decidieron la expulsión de la etnia yuqui de ese territorio “por generar basura y dar mal aspecto a la población”.

Habrá que recordar que el Trópico de Cochabamba es parte del espacio histórico (“ancestral”) de residencia de ese pueblo indígena, mientras que la mayor parte de los cocaleros son migrantes llegados en décadas recientes desde el occidente del país.



De ahí que el falaz discurso de defensa de los “originarios” se derrumbe cuando se trata de la expansión de la frontera cocalera, verdadero trasfondo detrás de estas cuestiones.

De acuerdo a datos de la ONU, el 95% de la coca cultivada en El Chapare va a parar fuera de los mercados legales destinados a cubrir el consumo tradicional o acullico. Esto quiere decir que el grueso de esa producción es desviado hacia el narcotráfico.

Pero sucede que la degradación de las tierras ocasionada por las prácticas antiecológicas de los cocaleros -que buscan obtener cada vez más cosechas al año mediante el uso intensivo de agroquímicos- está agotando las superficies ocupadas por estos productores, quienes apuntan entonces a los territorios ocupados por pueblos indígenas de la zona.

Este es también el caso del TIPNIS, que aparece ante las bases privilegiadas del partido de gobierno como el botín más apetitoso. Mientras dure la campaña electoral, seguramente Morales se abstendrá de reiterar los planes para la construcción de la carretera (apodada en Brasil como “transcocalera”) dirigida a la conquista de ese territorio indígena.

Pero a no dudarlo: después de los comicios, un eventual tercer gobierno cocalero la tendría entre sus prioridades…

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