Habemus binomio

BINOMIO La alianza firmada esta tarde entre el partido de Rubén Costas y el frente encabezado por Samuel Doria Medina parece ser el “humo blanco” tan esperado por la población, que siguió a través de meses las interminables idas y venidas de los concilios opositores.

Pueden cuestionarse, por supuesto, muchas de las decisiones estratégicas tomadas por algunos actores de esta alianza en el pasado, así como ciertas indefiniciones ideológicas.

Pero lo cierto es que había un reclamo popular persistente para que los liderazgos democráticos dieran paso a una fórmula conjunta que reduzca la dispersión del voto.



Esto, con miras a generar un contrapeso efectivo al hegemonismo del MAS y a sus prácticas crecientemente autoritarias.

Creemos que algún papel en el acercamiento final tuvo el discurso del gobernador cruceño en la Cumbre del G77, donde abordó la problemática de los exiliados, tendiendo puentes con refugiados que mantienen un importante peso político dentro de Bolivia.

La unión en ciernes tiene la chance de acabar con los 2/3 tercios oficialistas en el Congreso, y eventualmente de controlar el Senado o forzar una segunda vuelta electoral.

Adicionalmente, lo que no es poco, podría blindar al departamento de Santa Cruz contra el MAS, reforzando su carácter de bastión de resistencia al proyecto totalitario.

Por su parte, Juan del Granado puede contribuir de manera independiente al desgaste del oficialismo, captando el voto descontento del masismo en la sede de gobierno.

Es de esperar que entre ambas fuerzas, el bloque hoy conformado y los Sin Miedo, establezcan algún tipo de acuerdos mínimos para no competirse en el rango uninominal en ciertas zonas del país, o para no gastar pólvora mediática en rencillas innecesarias, cuando la artillería debe concentrarse en el peligro antidemocrático del evismo…

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