La más grande campaña del mundo

Karen Arauz

karen-arauz Los asiáticos, debido a sus rasgos físicos característicos, dejan entrever muy poco. Inmutables expresiones faciales, lo dejan a uno siempre con la duda de cuál ha sido su verdadera reacción ante determinadas circunstancias. Y peor aún, si son la quintaescencia de la diplomacia. Es imposible ver el brillo de sus ojos, menos notar los cambios en sus pupilas. Por ello es que siempre los rodea un aire de misterio. Sus pensamientos son insondables y sus expresiones, como la de algunos aymaras, están grabadas -si ya no en piedra-, al menos en jade.

La alta burocracia internacional, sabe muy bien sacarle provecho a estas reuniones, algunas como la que acaba de concluir con un boato digno de las Mil y Una Noches, considerando que se trata de un cónclave de los países de menor progreso en el orbe donde sobre todo la salud y la seguridad se esquivan porque son temas embarazosos. A qué extremos llega la diplomacia, que ni siquiera se hizo el más mínimo ademán de resistirse a compartir mesa con personajes como Mugabe, Obiang… o Castro. Es incomprensible que nadie preguntara por el ex Ballet de Cuba por ejemplo. No causa extrañeza, que la Alta Comisionada para Los Derechos Humanos de la ONU Navi Pillay haya tirado la toalla en días pasados. Los discursos rimbombantes preparados por bien remunerados pongos intelectuales de absolutistas y dictadores, en algún momento tienen que colisionar con la conciencia de unos cuantos.



Bolivia, ha hecho una demostración de lo que es ser un buen anfitrión aunque la procesión vaya por dentro. Tenemos que reconocer que los bolivianos somos muy así. Todos en algún momento, asistimos por ejemplo a una boda pantagruélica, donde el término "tirar la casa por la ventana" no es entendida como el "tirarse por la ventana de la casa" una vez que llega el momento de saldar cuentas. Y El Gran Poder, coincidentemente en la misma fecha este año, es otra demostración, de que sarna con gusto no pica.

Así que no es de extrañar que el gobierno plurinacional, que -obvio- no tiene ningún problema de liquidez, menos de déficit que tenga que equilibrar, ni cuentas que tenga que rendir al menos por ahora, haya sido el marco para que se declare -una vez más- que la prioridad del selecto grupo de agasajados, es la erradicación de la pobreza.

Sarcasmos aparte. Ahora, la concurrencia masiva de mandatarios, invitados con todo incluido, reducida en esta cumbre a la mínima expresión, debería ser causal de la remoción del embajador ante la ONU, por un lobby muy mal hecho.

Toda la parafernalia egocéntrica puesta en marcha, pródiga en aplausos foráneos, no será necesariamente traducida en votos en octubre. Cualquiera que haya estado en una campaña electoral, sabe que la gente, es mucho más viva que eso y es frecuente ver a los jóvenes, -lucir como trofeos- al menos cuatro camisetas de diferentes agrupaciones políticas, una sobre otra. Aclaman con el mismo fervor, guardándose para sí, su intención de voto para cuando llegue el momento preciso. Y la sabiduría popular entiende que los mejores no son los que más gastan en baratijas. Las elecciones siempre tienen su sesgo prebendal, pero no consiguen despertar respeto y confianza, aunque sí mucho de oportunismo, que en este caso, es recíproco.

Los ribetes grotescos del ágape, vivieron su clímax con la aclamación de los movimientos sociales asalariados del MAS, en los discursos de Maduro, Correa y por supuesto Castro. Tuvieron el tupé de hacer referencia a la democracia como si fuera en serio, sin atribuirse por un segundo las razones de que el vocablo está tan envilecido gracias a su vocación prorroguista y autoritaria. Todo para dar marco al más dispendioso y taimado inicio de campaña de la historia.

Como era por todos conocido, el tema del mar no halló espacio para la mínima mención. El esperado Libro del Mar del ex presidente Carlos D. Mesa, fue entregado a los asistentes pero el lanzamiento público y oficial, se lo hizo en la intimidad: en el Palacio Quemado dos días después. Cristina Kirchner se dio el modo de poner sobre la mesa el tema de las Malvinas y su denuncia sobre los "fondos buitre", horas antes del mazazo que le dio la justicia norteamericana, por la que conmina a la Argentina a honrar sus obligaciones. ¿Alguien se inquieta por lo que le debe a Bolivia por el gas? O aún no lo han pensado.

Para SE hubo dos momentos disonantes. El primero, la reflexión del sui generis y apreciado presidente de Uruguay, quien sin querer queriendo, hizo saber que a él no le pasó desapercibido el gran desembolso fuera de presupuesto que Bolivia realizó para agasajar a los visitantes, y el segundo, la intervención del Gobernador de la ciudad anfitriona Santa Cruz de la Sierra, que dijo exactamente lo que el gobierno en su conjunto niega y menos quiere oír.

Pero así suceden las cosas. Lo que demuestra que no importa qué tan grande sea el esfuerzo, no hay modo de tapar el sol con un dedo y no hay mal que por bien no venga.

El Día – Santa Cruz