El Vice saca cuentas

Buby

Juan Francisco Gonzales Urgel

Contrariamente a lo que aconsejaría la prudencia bien entendida, el Vicepresidente-candidato, luego de un lacónico “no se metan con mi familia” ha devenido en una especie de vocero económico de la fórmula electoral que combina simultáneamente el ejercicio del poder con la candidatura. Todo ello sin responder ni aclarar suficientemente los cuestionamientos en torno a “errores, no delitos” relacionados con el catering vía contratación directa a BoA, la propiedad de una mina de oro en la Chiquitanía conocida como “la Millonaria”, denuncias del ex diputado Murillo por vinculaciones con acciones de Toyosa y contratos jugosos de esta empresa (también vía adjudicación directa) con el Estado, y lo que el  analista Emilio Martínez (eju.tv-10.08.14) consigna como un contrato otorgado (no se equivocó usted si pensó que vía adjudicación directa) a la empresa Consarq (supuestamente de propiedad de familiares vicepresidenciales) para la construcción de un gasoducto en el Chaco por un costo de 13.750.000 (trece millones setecientos cincuenta mil) dólares.



Hábil con el manejo e interpretación de cifras, el candidato a la Vicepresidencia por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Álvaro García Linera, declaró el Sábado 16 de agosto de 2014 en El Alto: (Erbol Digital) “… hay una persona” que quiere quitarles 100 bolivianos, la mitad del bono Juancito Pinto que reciben anualmente” dirigiéndose a un grupo de escolares. “Hay una persona que les quiere quitar 100 pesos, a vos niño, para dar a las empresas extranjeras, hay gente que les quiere quitar la mitad de las computadoras para entregársela a las empresas extranjeras”,  y sin temor alguno de sembrar el resentimiento en las mentes infantiles -por tan artera venalidad cometida por un grupo de bolivianos nombrados “vendepatrias de la derecha”, y un extranjero de voracidad insaciable- en una sociedad que empezó dividida entre medias lunas y soles enteros, campesinos y citadinos, indígenas y mestizos, pobres y ricos, Andes y Chaparinas;  y que cada vez hace más ostensibles sus actitudes de intolerancia.

 Ya el 2 de agosto, el Vice-candidato había dado muestras de esta curiosa manera de sacar cuentas al expresar que el país tiene 37.000 (treinta y siete mil millones) de dólares de reservas provenientes “15 mil millones de dólares en reservas internacionales, otro monto similar en ahorros en el sistema financiero” y  7.000 (siete mil) millones de los Fondos de Pensiones, lo cual en términos prácticos quiere decir que, tanto los ahorros en cuentas de bancos de todos nosotros además de nuestros dineros para cubrir nuestra jubilación, están a disposición de las prioridades que establezca el “proceso de cambio”.

Tal vez para “legitimar” las cuentas, el Vice-candidato afirmó “En total son 37 mil millones de dólares, si lo dividimos por 10 millones de (habitantes), cada wawa nace con un chanchito de 3.700 dólares”, explicó.(La Razón digital 01.08.14)

Bien satisfechos estaríamos si el Vicepresidente tuviera a bien explicarnos el por qué sus cuentas no alcanzan a los 146.000.000.000 (ciento cuarenta y seis mil millones) de dólares que éste, su gobierno, ha manejado a lo largo de los últimos 9 años y que divididos entre los 10.000.000 (diez millones) de bolivianos alcanzaría para repartir 14.600 (catorce mil seiscientos) dólares por cabeza.

No todos somos accionistas del teleférico de La Paz, ni de Papelbol, Cartonbol, ni de la fábrica de úrea y amoníaco, de la BoA con catering y todo, de YPFB, del satélite Túpac Katari, ni de las tantas canchitas de pasto sintético sembradas a troche y moche. Ya ni contamos con nuestros fondos de pensiones y menos aún con la propiedad de las empresas capitalizadas por los neoliberales, ahora “nacionalizadas”. La mayoría espera que la pregunta 5ª del Referéndum del gas del 18 de julio de 2004 se cumpla al menos en su última parte: ¿…(Bolivia) destine los recursos de la exportación e industrialización del gas, principalmente para educación, salud, caminos y empleos?”

Antes que el Vice se acuerde de los montos de las deudas públicas interna y externa,  por favor -y si no es mucho pedir- que lo mío me lo den en efectivo.